Aunque es conocida como una de las ciudades más pobladas y violentas del país, el municipio de Ecatepec, en el Estado de México, también posee una importante biodiversidad que merece ser protegida.
En la Barranca del Ehécatl, un área natural de solo 7 hectáreas, localizada al pie de la Sierra de Guadalupe en colindancia con la cabecera municipal, un grupo de ocho jóvenes han identificado que éste es el hogar de al menos 137 especies de aves, entre migratorias y residentes, que han logrado convivir con la urbe, aunque bajo riesgo por las actividades humanas.
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“Dentro de la Barranca del Ehécatl hemos registrado 137 especies, representa poco más del 10% de la diversidad presente en México y para un espacio tan pequeño, en un municipio tan habitado como es Ecatepec, esto es importantísimo”, señaló el biólogo Diego Barrales Alcalá, coordinador del Programa Aves Urbanas (PAU) Ecatepec, durante un recorrido con MILENIO.
El PAU es una iniciativa de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), que bajo un esquema de ciencia ciudadana, promueve el interés y la participación ciudadana para recabar datos sobre las aves que habitan las urbes.
Así que equipados con binoculares, cámara fotográfica y guías de campo para la identificación de las diferentes especies, salen muy temprano a “pajarear”, es decir, a observar aves, cuyos avistamientos registran en la plataforma AverAves, la versión en español de programa eBird, de la Conabio, en coordinación con el Laboratorio de Ornitología de Cornell y la Sociedad Nacional Audubon de Estados Unidos.
“Cuando iniciamos el Programa de Aves Urbanas Ecatepec, las especies registradas dentro de la plataforma AverAves ascendían a 56, hoy tenemos 212 especies registradas; realmente hemos tenido un incremento muy importante. Definitivamente nos falta por conocer más especies, falta por entender qué está sucediendo en esta relación (naturaleza-) entorno urbano tan agresivo, tan cercano a la barranca, y también falta mucho por hacer, por parte de las autoridades municipales”, consideró Barrales Alcalá.
De acuerdo con el coordinador, en todo el municipio de Ecatepec se han identificado 15 especies de aves amenazadas o sujetas a protección especial, algunas de ellas se encuentran en la barranca, como la Aguililla alas anchas (Buteo platypterus), entre otras.
“Lo que queremos es proteger a la especie, proteger el entorno para que puedan seguir desarrollándose. Dentro de estas especies en riesgo, puedo mencionarte por ejemplo la Codorniz de Moctezuma que encontramos en las partes altas de la Sierra de Guadalupe, y por aquí podemos encontrar al Colorín sietecolores (Passerina ciris), al Chipe lores negro (Geothlypis tolmiei), que también suele alimentarse entre los arbustos”.
Además, dijo que de las 137 especies de aves registradas, se estima que una tercera parte es migratoria, como los chipes; mientras que una de las aves emblemáticas de la Barranca del Ehécatl es la Matraca del desierto (Campylorhynchus brunneicapillus) que anida en cactáceas.
“Los chipes son importantes, se andan alimentando en el fruto de los pirules y hay muchas especies que llegan a ser migratorias, llegan en cierta época del año; toda esta información que registramos va a dar al Sistema Nacional de Información de la Biodiversidad que es manejado por la Conabio”, añadió.
En un recorrido de dos horas, logramos observar 37 especies diferentes de aves; además de constatar las amenazas que éstas enfrentan directamente, como el ruido. Durante las primeras horas de la mañana, el canto y los llamados de las aves se escuchan con claridad durante la caminata, pero ese paisaje sonoro se empaña cuando el Parque Ecológico Ehécatl inicia labores, a las 9 de la mañana. La bocina suena a todo volumen, impidiendo que los “pajareros” sigan escuchando la sinfonía que ofrecen las aves, y también les impide a ellas mismas comunicarse.
“En las zonas urbanas se ha observado que las aves suelen cantar y hacer llamados más altos que en una zona rural o silvestres; esto es debido a la cantidad de ruidos que hay alrededor de vehículos, industria, de actividades humanas; justamente en esta parte alta de la barranca pegado al parque ecológico tenemos una problemática de uso de bocinas muy elevado el ruido. Las aves ya no se pueden comunicar, los cantos, los llamados en las aves tienen una finalidad, buscar pareja, alertar a otras aves o a sus crías de la presencia de algún depredador, también para que las crías y las madres se comuniquen, y con esta contaminación auditiva, estamos provocando un daño al comportamiento de las aves”, explicó Diego Barrales.
La Barranca del Ehecátl lleva dos años en proceso de ser declarada como área natural protegida, por parte de los gobiernos municipal y estatal, lo que es urgente concretar para frenar las amenazas de este hábitat, como las invasiones, descargas ilegales de agua residual, la acumulación de basura y abandono de animales; así como para proteger a las aves, que son afectadas por la cacería, la extracción y la contaminación acústica, además de las mascotas que no llevan correa por parte de sus dueños.
“Esto es algo que tendrían que controlar las autoridades municipales, es un parque que está bajo el mandato municipal y es parte de lo que buscamos proponerle a la autoridad municipal, que tome en cuenta éstos problemas, el ruido, la extracción ilegal de animales silvestres, las mascotas y animales en situación de calle y pues también que nos apoyen, todos los recorridos que se hacen por parte del Programa de Aves Urbanas son voluntarios y son gratuitos, nosotros no recibimos un pago por estar llevando a cabo esta actividad y no cobramos a la gente, es generar en la comunidad de Ecatepec un sentido de pertenencia y de valoración del entorno, pero requerimos mucho del apoyo de las autoridades municipales estatales y federales”, destacó el biólogo.
Diego Barrales destacó que la Barranca del Ehécatl posee un alto valor ambiental, por lo que urge que se implementan acciones para su conservación; han identificado que además de la diversidad de aves, alberga cactáceas endémicas y es el hogar de mamíferos como el cacomixtle o la zorra gris; también es uno de los sitios por donde la mariposa monarca transita, durante su migración desde Canadá y Estados Unidos, hacia los bosques de Oyamel en Michoacán y el Estado de México. A fin de exponer las problemáticas y el riesgo de perder esta riqueza natural, los coordinadores del PAU Ecatepec ha solicitado una reunión con la directora de Medio Ambiente y Ecología de Ecatepec, Leslie Elisa Nava Flores para proponer medidas que ayuden a reducir los daños, lo que les ha sido negado.
“Lamentablemente, no hemos tenido una respuesta favorable a nuestra petición de cita con la directora de Medio Ambiente y Ecología, la licenciada Nava Flores, y en la cual pues estamos buscando plantearle toda esta problemática que aqueja tanto a la Barranca del Ehécatl, como a otras partes del municipio de Ecatepec”, lamentó.
Debido a sus aportaciones, los jóvenes que integran el PAU Ecatepec, obtuvieron en noviembre pasado, el premio PAU 2023 en la ciudad de Oaxaca, de entre pajareros de entre pajareros de 130 ciudades de México y 14 países de América Latina.
Actualmente, el grupo está integrado por los coordinadores: Diego Barrales y Salvador Sánchez, además de los capacitadores: Nayeli Sánchez, Arely Morán, Jonathan Aragón, Diego Prado, Kelly Tolentino y Alejandro Mendoza; quienes ofrecen recorridos al público interesado, sin importar si no tienen conocimiento alguno sobre aves.
“Lo más importante es que las personas conozcan la biodiversidad de Ecatepec para que también cuiden estas zonas, para ayudar a la conservación de las especies”, dijo Nayeli Sánchez, una de las capacitadoras del PAU Ecatepec.
“En el PAU Ecatepec nos gusta invitar a todos, las observaciones de aves son abiertas al público, pueden asistir niños, adultos, adolescentes, personas de la tercera edad, sin importar a qué se dediquen; nosotros les invitamos y les enseñamos a observar aves desde cero, les enseñamos a usar binoculares, usar las guías, a identificar ya sea por canto, por vista y lo pueden hacer todas las personas; nosotros les prestamos los binoculares y las guías, que es una herramienta muy sencilla, traen la imagen del ave, el nombre científico, nombre común”, indicó.
CHZ