Tal como se diera conocer previamente, una reforma fiscal entró en vigor a partir del 1 junio del presente año, la cual consistía en el pago de impuestos para las personas que utilizan plataformas digitales como medio de trabajo.
Si bien está estipulado dentro del marco de la ley, que todo aquel que percibe ingresos tiene la obligación de reportarlos y pagar los impuestos correspondientes, existen quienes pagan entre 30% y hasta 50% de sus ingresos al Servicio de Administración Tributaria (SAT) y a las plataformas que les cobran comisión por uso.
Dicha medida ha afectado a emprendedores como “Bruixa Joyeria”, una marca iniciada por diseñadores egresados que se dedicaban a la venta online y quienes hoy reportan inclusive llegar a tener ganancias de 12 pesos, tras haber realizado una venta por 290 pesos, lo cual implicaría una pérdida de hasta por 96% del total.
“Tuvimos que ajustar los precios, entonces los precios de esta plataforma ahora van a ser exageradamente caros, nos vamos a mudar a otras plataformas como Facebook o Instagram, porque ahorita el darnos de alta no es una realidad viable para nosotros” explicó Jaqueline Torres, co creadora de la marca.
Actualmente si el usuario proporciona su RFC a la aplicación, las retenciones de IVA e ISR son cercanas al 13.4 por ciento, pero en caso de que no lo haga las retenciones se disparan hasta 37 por ciento, lo que se suman a los cargos por uso de las apps que van de 5 al 20 por ciento.
Su caso no es el único, existen otros jóvenes emprendedores que ante la imposibilidad de trabajar mientras concluyen sus estudios, implementaban la compra-venta online para cubrir sus gastos y que, ante la nueva realidad han perdido su principal fuente de ingresos.
“Yo me dedico a vender plantas para el hogar a través de esta plataforma, últimamente han subido los precios y no me salen las cuentas, termino yo prácticamente pagando por mi venta porque lo que me deja la plataforma a veces no me da ni para lo que es el valor real de mi producto”, explicó Antonio Mojica.
Otros más han frenado sus publicaciones, han dado de baja sus cuentas o se han mudado a las redes sociales, una medida que poco a poco irá mermando del éxito que en meses recientes obtuvieron las plataformas online o que obligara a los emprendedores a incorporarse a la formalidad.