Construido como una obra complementaria al Tren Suburbano, el paso deprimido Guadalupe, es conocido por la gente de Cuautitlán México, como “el puente que llora”, pues desde que lo inauguró el ex alcalde, Francisco Javier Hernández Clamont en 2011, ya había filtraciones de agua en los muros que se encharcan en la hondonada de la vialidad subterránea.
Por nueve años de humedad debilitaron las varillas de acero y por tanto la estructura de concreto, “en 2017 se encontraron daños estructurales que comprometían la estabilidad del puente, el agua desgasta el acero y empieza a debilitar la estructura”, explicó el alcalde, Ariel Juárez Rodríguez.
Especificó que antes de su construcción, los estudios en mecánica de suelos determinaron la inviabilidad, por una simple razón que en esa zona aún hay mantos freáticos y por lo que no debió edificarse el deprimido en la avenida Guadalupe.
El edil informó que en las próximas semanas se iniciarán los trabajos para afianzar la estructura interna del puente, además se va a construir una salida para los escurrimientos de agua, porque también hay fracturas de drenaje y por ello, todo el tiempo goteaba agua.
Juárez Rodríguez explicó que primero se arreglaron los carriles laterales que están en la superficie para que estén libres y por ahí pueden transitar los vehículos, porque el paso deprimido va a estar cerrado en su totalidad.
MMCF