Tala hormiga, una realidad en los bosques del Edomex de la que nadie quiera hablar

Este se a vuelto un grave problema en áreas forestales en Amecameca, Atlautla, Ozumba y del Parque Nacional Izta-Popo.

“Cuando intentamos detener las camionetas cargadas con los troncos,nos amenazaron de muerte". (Archivo)
Ana Salazar
Naucalpan /

La tala ilegal se ha convertido en un grave problema para los bosques de Amecameca, Atlautla, Ozumba y del Parque Nacional Izta-Popo, donde siguen ingresando grupos armados en las madrugadas para talar oyameles, pinos y encinos de más de 25 metros de altura y con más de 60 años, que son transformados en tablas o polines, y puestos a la venta ilegalmente. En pleno día se observan camiones cargados de leña, lo que se conoce como tala hormiga.

En estos municipios todos saben del saqueo, de los aserraderos clandestinos, de las enormes áreas verdes que han clareado por el derribo de árboles, pero es un tema del que nadie quería hablar. “Pero estamos decididos, ya tenemos nombres y apellidos, matrículas de vehículos que utilizan los grupos armados para talar en los lugares más recónditos de los bosques de Ozumba, Atlautla y Amecameca” acusan los comuneros de la región.

Es una de las áreas protegidas más antiguas de México, invaluable por los servicios ambientales que proporciona, especialmente la provisión de agua que abastecen de agua a los habitantes de valles de México, Puebla-Tlaxcala y Morelos, la región más poblada del país, donde la tala ilegal de árboles es una práctica recurrente desde hace más de cuatro años, denuncian integrantes de los Bienes Comunales de Amecameca.

“Cuando intentamos detener las camionetas cargadas con los troncos, la violencia que ejercieron contra nosotros fue como una amenaza de muerte; para otros, un mensaje de que la tala del bosque seguirá”, dice Emanuel (nombre ficticio) comunero del ejido de San Juan Thuixitlán, del municipio de Atlautla.

En el bosque del ejido de Ozumba, ubicado en el municipio del mismo nombre, de Atlautla y Amecameca saben cómo operan las talas, como definen a los saqueadores para identificar las zonas de los árboles que son pinos, encinos y oyameles.

Andan en grupo marcando el bosque, haciendo veredas y están armados, señaló uno de los comuneros del ejido de Ozumba, quien prefiere que no se haga referencia a su nombre, pues dice que estos grupos son peligrosos y violentos.

En varias ocasiones intentamos detenerlos en flagrancia así sería un delito ambiental, pero respondieron a balazos. “Así, mejor ni arriesgarse”

.

No descartaron que estén involucrados en la tala integrantes de la comunidad de San Pedro Nexapa, ubicado en Amecameca, pero también hay policías coludidos, dice uno de los integrantes de Bienes Comunales de este municipio.

“Ya denunciamos formalmente ante diferentes instancias, pero sólo recibimos incumplimiento, los grupos siguen talando, si hacemos un recuento de daños económicos; calculamos 30 millones de pesos en daños patrimoniales en una superficie afectada superior a 500 hectáreas en donde se cortaron de manera ilegal más de 5 mil árboles de las especies oyamel pino y encino, con una edad de entre 30 y 60 años de edad.

El área natural protegida federal es limítrofe entre los estados Puebla, Morelos y Estado de México, incluye los municipios de Texcoco, Ixtapaluca, Chalco, Tlalmanalco, Amecameca, Atlautla, Ecatzingo y Ozumba, históricamente una de las vigiladas por los talamontes, señalan.

Según datos de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), el aprovechamiento de los recursos forestales, inciden algunas actividades ilegales que han contribuido al deterioro y desgaste sistemático del potencial ecológico productivo y económico de los bosques de México, donde se han identificado 108 zonas críticas forestales, por los ilícitos que se cometen.

MMCF

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