Derivado de la pandemia de covid-19, varias empresas de autotransporte registran serios problemas para cumplir con el pago de facturas de las unidades que adquirieron el año pasado.
“La quiebra está latente porque varios están en cartera vencida, a algunos les están exigiendo vencimiento anticipado de los contratos y corren el riesgo de que les recojan las unidades de un momento a otro”, detalló el delegado de la Cámara Nacional del Autotransporte, Pasaje y Turismo (Canapat) en la entidad, Odilón López Nava.
A la fecha el precio de un autobús de última generación, precisó, oscila en 2 millones de pesos más los intereses convencionales y moratorios, los cuales complican el pago de los créditos mensualmente. “El 100 por ciento de las empresas del transporte trabajan bajo créditos”.
Anteriormente una unidad a crédito, recordó, se pagaba en dos años, pero después el plazo se amplió a 5 por la competencia desleal y hoy día se van a 8, cuando la vida útil es de 10 años. “Tendrá que haber un replanteamiento total, somos una industria y vivimos de ello y nadie puede subsistir y tener un negocio donde se trabaje para perder”.
Pese a todo, dijo, las financieras no tienen interés en perder y presionan a los transportistas para que paguen. Por lo que con la interrupción en la movilidad es difícil que los dueños cumplan con los pagos de sus créditos.
“Las financieras no están apoyando a la ciudadanía en general, la industria está siendo abandonada por las empresas crediticias a pesar de que es evidente que no es culpa del transportista sino de la interrupción de las actividades”.
Finalmente, López Nava recordó que difícilmente las empresas afiliadas a Canapat mueven unidades fuera de norma, sobre todo, en el transporte foráneo, por ello a la fecha 95 por ciento de los autobuses cumple con la normatividad.
MMCF