Don Eduardo Martínez, a sus 66 años de edad, vive en total soledad afuera del Hospital General del Sur, su colchón es un pedazo de cartón, se cubre del frío con un par de cobijas húmedas, hay días que no tiene que llevarse a la boca y el rechazo de sus familiares lo obligó a vivir en situación de calle y enfrentar todo esto con su padecimiento de insuficiencia renal.
Este hombre, todo el tiempo debe cargar consigo una bolsa y una manguera que está conectada a su cuerpo debido a la diálisis peritoneal a la que fue sometido y pese a que diariamente debe cambiarlos, la falta de dinero no se lo permite, lo que ha agravado su salud.
Desde hace más de un año, este adulto mayor vive en un rincón afuera de este nosocomio, lugar en el que tiene bolsas de ropa, cobijas y un altar con imágenes religiosas que comparte con al menos quince familias que esperan afuera del hospital por algún ser querido. Hasta el momento ha sido intervenido quirúrgicamente en dos ocasiones y espera una tercera operación, en la que pone toda su esperenza para poder recuperar la vida que antes tenía y así salir a trabajar.
"Llevó más de un año, llevó dos operaciones, me falta una, pero como ahorita salieron de vacaciones los doctores, no me han podido operar y por eso sigo esperando el momento de la operación", aseguró.
La caridad de las personas que le regalan comida, artículos de limpieza personal, prendas de ropa y cobijas, son lo que lo mantienen para seguir luchando contra esta enfermedad y algún día volver a las obras a trabajar como maestro albañil.
"Aquí viene gente que regala comida, pero quisiera que alguien me regalara un azadón y unas tijeras para poder ir a cortar pasto, yo soy albañil pero ahorita no puedo trabajar por esto que tengo, solo espero que me operen para irme a trabajar", dijo.
Antes de que las calles fueran su hogar, vivía con una de sus hermanas, quien durante la crisis sanitaria, falleció por covid-19, lo que provocó que saliera de casa para no dar molestias a sus sobrinos.
"Murió del covid y me salí porque pues la familia ya no es igual cuando alguien falta, me salí porque me ponían cara y todo eso, y aquí pues estoy tranquilo, estoy esperando a que lleguen los doctores para sacar consulta y me puedan operar y estar bien ya, para trabajar y salir adelante", señaló.
Durante las pasadas fiestas decembrinas, aprovechó para visitar a otra de sus hermanas, sin embargo, por su apariencia y enfermedad, le dieron la espalda.
"Tengo una hermana, pero, también está difícil estar con ella porque hace unos días estuve con ellos y este, llegó un sobrino bien loco y me sacó, tuve que regresar acá, aquí estoy y pues no hay mal trato acá en el hospital, hay personas buenas y otras duras, pero los médicos y enfermeras son buenos, dios los bendiga", finalizó.
Si usted pasa por el Hospital General del Sur y tiene la oportunidad de apoyar al señor Eduardo, se ubica en la entrada principal del lado izquierdo, lo que principalmente requiere son bolsas y mangueras para diálisis, alimentos enlatados, artículos de higiene personal y ropa.
CHM