Inspirada en su pasión por el diseño de modas, Daphne Arias inauguró el taller de costura y confección “El Hilo Negro” donde desde hace 8 meses da forma a lencería feminista que consumen las nuevas generaciones que han cambiado el modo de ver su cuerpo y sexualidad.
“Es algo que me gusta mucho, la realización no es complicada pero sí lleva su trabajo, he ido aprendiendo conforme a la práctica y me enfoco en que no sea el típico brasier que no se adapta a tu cuerpo y te encuentras en cualquier lado”.
En este espacio, ubicado en el centro de Toluca, realiza composturas, ajustes, transformaciones y prendas íntimas que fortalecen el amor propio, la sexualidad y el erotismo.
Reconoció que su objetivo es ofrecer piezas cómodas con una estética a la que llamó “underground” con uso de estoperoles, púas y mucho color negro, lo que se ha vuelto un rasgo característico de su trabajo.
“Casi no usamos colores pasteles, pero también depende de lo que quiera la persona, en la mayoría es el gusto del cliente que elige lo que más le gusta entre encajes elásticos, ajustadores y tela de algodón, etcétera”.
La entrevistada celebró que este tipo de prendas dejaron de ser un elemento dedicado a satisfacer el deseo sexual masculino y pasó a empoderar a las que lo usan, prueba de ello es que todo el año tiene ventas, las cuales no aumentan durante fechas como el 14 de febrero.
“Desde el principio hubo buena aceptación, por eso creo que es algo de todo el año, quienes buscan esto son un poco más las feministas, ya no buscan tanto estas fechas, lo compran para ellas y para sentirse bien”.
Su principal mercado son mujeres de entre 20 y 35 años que quieren una opción cómoda, original, personalizada y económica para atender su gusto personal y no el de la sociedad o de otra persona.
“El objetivo es que decidan lo que quieren ponerse, que no se sientan presionadas ni por sus parejas ni por nadie, lo que importa es que ellas se sientan cómodas con lo que quieran ponerse, que prioricen su comodidad, su salud y que se sientan hermosas con lo que lleven puesto”.
Aunque existen otras marcas del mismo giro, dijo que se trata de una propuesta personalizada que se acopla a cada figura y no lo contrario, ya que sus clientas no deben adaptarse a las tallas estandarizadas pues la meta es que se sientan seguras.
“Con toda la revolución feminista han venido muchos cambios, ya no buscan ropa incómoda, buscan otra cosa, ahora aparte de lo bonito también quieren un buen precio, siempre es un plus hacerlo al gusto de la clienta, por eso cuando les gusta un diseño se acercan para hacerlo más a la medida”.
Cada trabajo requiere tiempo para su elaboración, pensar en los diseños, la combinación de colores o simplemente cómo ajustar un diseño existente a cada persona, por ello compartió que todo lo que hace es a mano y en la máquina de coser.
“Hay unos que requieren mucho trabajo en la máquina de coser, se pueden necesitar desde 30 minutos hasta cuatro horas, ha sido un camino largo, lleno de aprendizaje sobre los insumos y conocer nuevas técnicas”.
Las piezas y conjuntos pueden tener un costo de 200 pesos en adelante, quienes quieran conocer más sobre su propuesta, pueden consultar sus páginas oficiales de Instagram y Facebook que se encuentran como “El Hilo Negro”.
Invitó a acercarse a éste y a todos los proyectos locales, ya que consideró existen grandes propuesta, originales, de buena calidad que requieren una oportunidad.
KVS