El punto más contaminado de la ciudad

En Las Pintas está la Estación de Monitoreo Atmosférico 9, que durante diciembre registró el mayor número de días como el que peor calidad del aire registró

El punto de la Zona Metropolitana de Guadalajara que más contaminación del aire registró durante diciembre de 2018 está en la colonia La Pintas. (Man
El Salto /

El punto de la Zona Metropolitana de Guadalajara que más contaminación del aire registró durante diciembre de 2018 está en la calle Ramírez, en la colonia La Pintas, en El Salto.

Descubrir el sitio exacto es sencillo. Allí se encuentra la Estación de Monitoreo Atmosférico 9, conocido como La Pintas, en el asentamiento del mismo nombre. Se trata de un sistema de equipos con antenas, anemómetros y otras tecnologías que permiten saber cuántas partículas de suciedad tiene el aire, medidas bajo el concepto partículas por millón; es decir, el 0.0001 por ciento de cada unidad cotejada.

Tecnicismos aparte, de un total de nueve estaciones repartidas a lo largo de la mancha urbana, la de Las Pintas fue la que mayor concentración de partículas registró por más días durante diciembre del año recién trascurrido, convirtiéndola así en la cuadra más contaminada de la ciudad.

La calle Ramírez es la típica calle de cualquier poblado de Jalisco. Está enclavada en el centro de Las Pintas, un antiguo poblado convertido en colonia urbana, justo donde El Salto hace límite con Tlaquepaque. Cualquiera pensaría que al llegar se encontraría en una zona ennegrecida y casi abandonada, pero no. La Estación de Monitoreo Atmosférico 9 está en el pleno corazón de Las Pintas, a una cuadra del templo y el jardín principal, y la vida se lleva de manera habitual.

De hecho, la estación se encuentra en la azotea del Instituto Municipal de las Mujeres, de El Salto, donde había varias personas en una reunión, y a un costado de un módulo de la policía municipal donde agentes montan guardia a las afueras.

Sobre la misma calle hay un mecánico sentado a la espera de clientes que seguramente andan de vacaciones, y una abarrotera con un joven despachador que se asoma cada vez que alguien pasa. Ni una sola señal de alarma o preocupación a la vista.

A espaldas del enorme cajón que alberga los instrumentos de medición están la plaza principal de Las Pintas, con kiosco y un jardín en remodelación, así como el templo y, por un costado, la casa ejidal, todos flanqueados por un arco que parece tener poco tiempo de construido.

Por las calles del rumbo se alternan negocios, casas habitación y oficinas y consultorios particulares. El ambiente es bastante tranquilo, señal de que es periodo vacacional. Extraña la ausencia de música. Solo se ven por las adoquinadas calles a desnivel a unos niños en bicicleta, señoras rumbo a comprar lo que les faltó para el mandado, y a algunos adultos departiendo alrededor de una banca del jardín principal. El tráfico y el escándalo que no hay en esa colonia se puede encontrar un kilómetro adelante, ya del lado de Tlaquepaque, donde cruzando la presa también llamada Las Pintas, florece el comercio y el transporte público.

Si pregunta uno por la contaminación, lo primero que contestan en Las Pintas es sobre la calidad del agua, y no por la del aire. "Hace muchos años que se contaminó la presa", explica Juan Aviña; "una vez se murieron todos los pescados y olía muy feo", añade antes de que se le repregunte por la calidad del aire. "A veces está muy opaco", replica, pero no siempre. "Ya estamos acostumbrados", dice. ¿Enfermedades? "Luego los niños siempre andan enfermos de gripa", apunta el hombre de gorra que en ese momento recogía basura en los alrededores de la presa.

Las Pintas es una de las múltiples colonias escondidas de la ciudad. Se puede llegar por la carretera a Chapala, o por el periférico. Si toma uno rumbo al aeropuerto, hay que girar a la derecha justo donde termina el Parque Montenegro, y avanzar un kilómetro para llegar a la zona de la presa. Las Pintas comienza unos 300 metros después del Periférico, y poco a poco se va extendiendo hasta convertirse en un triángulo que se aleja de la carretera y que termina en el patio trasero de los estacionamientos que hay antes del aeropuerto.

Fue el punto más contaminado de diciembre, y amenaza con serlo en enero de 2019

  • Manuel Baeza

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