Las caravanas migrantes ya no podrán ser recibidas en El Refugio Casa del Migrante, cuya capacidad para atender a los viajeros se ha visto rebasado ante la llegada de entre 80 y 120 personas al día, cuando normalmente recibían entre 20 y 40 migrantes.
“Las caravanas rebasan nuestra capacidad de instalaciones, económica y humana, ya que el equipo de servicio es limitado”, señaló el sacerdote Alberto Ruiz, encargado del espacio, quien recordó que no cuentan con un financiamiento particular o gubernamental, solamente del apoyo que les otorga la gente y algunas parroquias.
Desde hace tres años, El Refugio Casa del Migrante ha recibido caravanas migrantes, sin embargo, precisó el párroco, antes arribaban dos caravanas al año y los líderes del grupo se comunicaban con ellos para coordinar su llegada y podían permanecer durante tres días; ahora “simplemente llegan de repente, y no llegan dos o tres personas, llegan 500, llegan 300 o miles, no sabemos ni a qué hora ni cuándo ni cómo”.
Agregó que debido a la cantidad de personas que han arribado para descansar, se han visto en la necesidad de habilitar la parroquia, pues la casa principal se encuentra al límite; además la comida resulta insuficiente para los migrantes y a las personas de bajos recursos que acuden al comedor comunitario que ha estado abierto durante 35 años.
Ruiz consideró que una de las razones del incremento de migrantes que transitan por el país es la facilidad con la que el gobierno federal entrega visas humanitarias, que le sirven para trabajar durante su estancia en México.
Aseguró que “seguiremos atendiendo en la Casa del Migrante a todas las personas que vengan y nos toquen, teniendo la capacidad de atención, los demás serán derivados a otras instituciones, pero yo creo que el gobierno debe asumir esta responsabilidad, porque es el gobierno federal el que está dejando que entren tantas personas, les da visas por razones humanitarias, creo que debe haber una coordinación de autoridades, el gobierno federal, el gobierno estatal y gobierno municipal”.
El encargado de la El Refugio Casa del Migrante reconoció que aunque se recibió apoyo por parte del DIF estatal, éste fue insuficiente y llegó cuando los migrantes ya se estaban yendo. “Los gastos han sido cuantiosos, pero yo sé que siempre alcanza la comida”, explicó.
Francisco de Asís de la Rosa Patrón, asesor diocesano de Cáritas Guadalajara, resaltó que “hoy hacemos ruido porque sí nos sentimos rebasados”, e hizo un llamado a los tres niveles de gobierno y a la sociedad civil a apoyar a la casa del migrante con medicamento, alimentos o trabajo voluntario. “No se cierra la posibilidad de apoyo, sí se limita, está limitada nuestra posibilidad de apoyo, la intención no es cerrarle la puerta a nadie, pero hasta donde llegue y hasta ahí no podemos hacer más”, expresó.
El padre José Cervantes, misionero Scalabriniano y experto en migración, puntualizó que la visa humanitaria está siendo utilizada para regular el paso, no como un mecanismo de integración o de ayuda, pues tienen una vigencia de un año, y al término de este periodo, “si estas personas no consiguen trabajo o un lugar donde vivir van a terminar en
la calle”.
“Se está convirtiendo más bien en un libre tránsito más que en una visa humanitaria, las caravanas no son una forma normal de migración y la migración no es la solución tampoco a todos los problemas de pobreza,
es una alternativa que las personas tienen en busca de una vida digna, pero es una alternativa entre muchas otras que deben existir”, dijo.
El encargado de El Refugio aseguró que “seguiremos trabajando en la Casa del Migrante, que también tiene bastantes necesidades, y estamos en el proyecto de la Casa del Refugiado, llevamos cuatro casas que van a
servir para las familias de refugiados, mexicanos deportados de Estados Unidos para prestárselas por unos seis meses”.
SRN