Sexoservidoras registran una baja del 90 por ciento en la demanda del servicio, por lo que la reactivación económica, no les ha beneficiado, por ello buscan una segunda opción para obtener ingresos, pues se capacitarán para emprender un negocio de otro giro, adelantó la presidenta de la Unificación de Sexoservidoras del Estado de Puebla, María de Lourdes
En entrevista con MILENIO Puebla, “Lulú”, como la nombran, aseguró que ni la reactivación económica ha logrado que los servicios repunten, pues señaló que los clientes no cuentan con recursos para contratarlas.
“Estamos peor que cuando inició la pandemia, hemos llegado a un 90 por ciento de baja en la demanda y cuando comenzó la pandemia nos bajaron los clientes en un 70 por ciento, a nosotros no nos ha beneficiado la reactivación económica”, expresó la entrevistada.
La representante de la Asociación, precisó que antes de la contingencia sanitaria, sus 62 agremiadas, ubicadas en la calle 4 poniente entre la 3 a la 7 norte, realizaban 12 servicios al día, sin embargo actualmente son contratadas una vez o dos al día.
Ante esto, resaltó que los ingresos de este sector de la población también han disminuido a un 90 por ciento, por ello las mujeres que se dedican al oficio han recurrido a empreñar sus pocas pertenencias e incluso a vender sus animales para tener un poco más de ingresos y sacar adelante a su familia.
Refirió que de las 62 agremiadas 40 de ellas son madres solteras, quienes están en una situación complicada, debido a que tienen que pagar la inscripción de ingreso de la escuela de sus hijos, así como la compra de útiles y el pago del servicio de internet.
Asimismo, dijo que se enfrentan a la extorsión de algunos líderes de ambulantes, quienes les cobran el derecho de piso.
La sexoservidora comentó que la pandemia complicó el estilo de vida y de trabajo del sector, toda vez que los ingresos son menores y arriesgan su vida todos los días al enfrentarse a la violencia de los líderes ambulantes, al coronavirus, adicional a las enfermedades de transmisión sexual.
“Le tenemos más miedo a los comerciantes que nos extorsionan, pues nos cobran el derecho de piso, tenemos miedo a que nos golpeen por no cubrir la cuota, antes eran los policías y empleados del ayuntamiento, ahora son los comerciantes informales por parte de la orgaziniaciòn del Fede”, expresó Lulú.
La trabajadora sexual adelantó que ante la falta de clientes, sus agremiadas serán capacitadas en un curso de la aplicación de uñas en acrílico con el objetivo de que después puedan emprender un negocio.
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