Activistas acusaron que la elefanta africana Annie, quien fue abandonada y encadenada en los Altos de Jalisco, continúa en el predio donde fue encontrada, a pesar de que hace diez días fue asegurada por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa).
La denuncia fue realizada por la Asociación de Zoológicos, Criaderos y Acuarios de México (Azcarm).
"Annie debe ser trasladada lo antes posible, ya sea de manera temporal o permanente, a una instalación que cumpla con las necesidades y requerimientos para el manejo y cuidado de elefantes, y donde pueda tener contacto con otros elefantes", señaló Luis Soto, director del Zoológico Guadalajara.
"Además, debe tener el espacio que necesita para ejercitarse, un programa de enriquecimiento y entrenamiento animal con contacto protegido y basado en recompensas positivas, así como un ambiente idóneo con una alberca, árboles, baños de lodo”, agregó el director, quien apoyó a la Profepa en evaluar la salud médica del ejemplar en el predio.
El pasado 21 de febrero, la Profepa informó, en un breve mensaje, que aseguró a Annie, quién “durante la visita se observó que no contaba con las instalaciones adecuadas”.
A pesar de esa situación, la dejó en el predio, ya que, de acuerdo con “el procedimiento”, la debe identificar los sitios que cuentan con autorización de la Secretaría de Medio Ambiente para albergarla.
Ayer, en su cuenta de X, la dependencia publicó que sigue evaluando “los lugares que cuentan con capacidad técnica, personal especializado, instalaciones adecuadas, tratamiento veterinario y disponibilidad presupuestal que garanticen el bienestar y respeto de la elefanta”.
Lo anterior, a pesar de que, desde la primera evaluación de la elefanta, el titular del Zoológico de Guadalajara manifestó su interés de adoptar a Annie, así como los responsables del Zoológico de León.
“Mientras se determina el sitio que recibirá al ejemplar, la Profepa vigila que éste reciba atención y cuidados. Ya se le proporciona una dieta basada principalmente en alfalfa, avena, frutas, zanahorias y agua”, agregó la dependencia.
Por su parte, el presidente de la Azcarm, Ernesto Zazueta, explicó que, de acuerdo con el artículo 119 de la Ley General de Vida Silvestre, los aseguramientos precautorias de ejemplares de fauna silvestre proceden cuando no se cuente con la autorización necesaria para realizar actividades relacionadas con la vida silvestre.
Así como cuando se trate de ejemplares aprovechados en contravención de dicha ley y cuando exista un riesgo inminente de daño o deterioro grave a la vida silvestre.
Además, el artículo 120 señala “cuando realice aseguramientos precautorios de conformidad con esta ley, canalizará los ejemplares asegurados al Centro para la Conservación e Investigación de la Vida Silvestre (CIVS) o consultará a éstos la canalización hacia Unidades de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (UMAs), instituciones o personas que reúnan las mejores condiciones de seguridad y cuidado para la estancia, y en su caso, la reproducción de los ejemplares o bienes asegurados”.
Esto se sabe sobre el abandono de la elefanta Annie
De esa manera, Ernesto Zazueta dijo que, una vez asegurados, los ejemplares son responsabilidad de la Dirección General de Vida Silvestre de la Semarnat y, según la ley los ejemplares tendrían que ser trasladados a los CIVS.
“Pero ya desaparecieron prácticamente todos; afortunadamente están los zoológicos que son UMAs, entonces hacemos un respetuoso llamado a que su directora María de los Ángeles Cauich haga su trabajo con eficacia y atención a la seriedad del tema".
Además, advirtió que, actualmente, Annie se encuentra en un predio que no cuenta con un perímetro con características para contenerla, de manera que representa un riesgo potencial de seguridad para las personas, para los autos que circulan a menos de cinco metros en una carretera local y, por supuesto, para las propias personas que viven dentro del predio.
"Durante la inspección se pudo observar la presencia de niños muy cerca de Annie, lo cual es un riesgo crítico, y pudiera generar un riesgo grave para Annie y cualquier menor ante una reacción imprevista de cualquiera".
"Todos sabemos que, al permanecer en un predio sin las instalaciones adecuadas, no tiene opción más que seguir siendo manejada como se ha hecho durante toda su vida en el circo, amarrada, encadenada, expuesta a la posibilidad del uso de ganchos para el manejo de elefantes, lo cual ya está prohibido de acuerdo con estándares internacionales", agregó Luis Soto Rendón.
Annie es una elefanta africana que tiene entre 28 y 25 años, pesa alrededor de 2.5 toneladas y requiere urgentemente de un examen veterinario completo para evaluar su estado de salud, agregó Ernesto Zazueta.
"Para eso se requiere la participación muchos especialistas que ya están a disposición de las autoridades para llevarlo a cabo”, dijo.
Añadió que no hay pretexto alguno para que la DGVS ni para que ninguna autoridad ambiental mantenga al la elefanta en esas condiciones, poniendo en riesgo su salud y la integridad física de la población a su alrededor, pues enfatizó que los zoológicos de León y Guadalajara cuentan con los especialistas y requerimientos para albergar permanente o temporalmente.
ROA