A los muertos hay que hablarles, es la mejor manera para que accedan a ser preparados.
Luis Eduardo Arteaga lleva aproximadamente 12 años embalsamando cuerpos, los prepara con químicos, los viste y los maquilla.
La tanatopraxia son las prácticas que se realizan al cadáver tanto de higiene, conservación, embalsamiento, restauración reconstrucción y cuidado estético del cuerpo.
Los familiares del fallecido tienen que llevarse una muy buena impresión pues será la última vez que lo vean así que hay que vestirlos bien y darles un "retoque".
"Lo que todo mundo dice y se piensa es verdad, cada que estás abriendo un cuerpo sientes la presencia de una persona, la presencia del alma que está viendo cómo trabajas con su cuerpo terrenal", dijo el encargado de la morgue de la funeraria "Torres".
Señala que al llegar un cadáver, su labor es abrirlo de nueva cuenta, preparar sus órganos e inyectarle químicos para su conservación durante las próximas horas en que será velado.
"Recuerdo que una vez nos llegó el cuerpo de un señor que tenía pocas horas de fallecer pero estaba extrañamente demasiado rígido no se le podía quitar la ropa, así que mientras trataba de desvestirlo platiqué con él, poco a poco le dije ‘ándale jefe su familia lo está esperando, tiene que estar guapo para que lo vean y le hagan su oración’... fue así cómo puede desdoblar sus brazos y quitarle la camisa".
Luis Eduardo confirma que en su profesión "se ve de todo", así que hay que tener la mente muy abierta para estar preparado para ser testigo de cualquier experiencia en la morgue.
EAS