Las empresas ubicadas en el país y en estados como Puebla perderán competitividad con la eliminación del outsourcing o subcontratación, esquema que no puede ser catalogado como sinónimo de corrupción.
De acuerdo con la investigación “Outsourcing o subcontratación laboral, ¿un delito?” realizada por Manuel Abascal Santillana, especialista de la Escuela de Negocios de la Anáhuac Puebla, la eliminación del outsourcing se traducirá en pérdida de empleos.
De acuerdo con los resultados definitivos de los Censos Económicos publicados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el personal ocupado que no depende de la razón social para la que trabaja, es decir, que trabaja bajo el esquema de subcontratación es de 127 mil 737 trabajadores en Puebla.
El gobierno de la República que encabeza el presidente, Andrés Manuel López Obrador, envió una reforma de ley con el argumento de que, actualmente, existe una “simulación” de relaciones laborales y regular el esquema de outsourcing. Para el gobierno de México, los patrones recurren a esta figura para evadir el pago de impuestos y vulneran derechos de los trabajadores.
Ante la iniciativa, Abascal Santillana destacó que se pretende eliminar el outsourcing en México, a través de diversas modificaciones a la Ley Federal del Trabajo y demás leyes fiscales como la Ley del ISR, LFPIORPI o Ley Antilavado y la Ley del IMSS.
“Se perderán miles de empleos y las empresas recibirán un golpe más, con lo cual, serán menos competitivas con sus pares extranjeras”, advirtió.
En México le llamamos “outsourcing” a cualquier esquema en donde intervienen dos o más empresas en un proceso productivo. La Ley Federal del Trabajo, que es la encargada de la vigilancia de las relaciones obrero-patronales, los refiere como: intermediarios y subcontratación laboral.
Los intermediarios son aquellas personas que no sólo se dedican a contratar personal para otra persona, sino que también ofrecen el servicio de tercerización de personal, esquema que llega a convertirse, en diferentes ocasiones, como una fuente de abusos por parte de los particulares, explicó el especialista.
En tanto, la subcontratación laboral consiste en que un patrón denominado contratista ejecuta obras con sus trabajadores y bajo su dependencia, herramienta que permite a muchos países ser más productivos, ya que son considerados patrones y el objetivo es que las empresas alcancen trabajos de alta calidad a más bajo precio, tal como sucede en Estados Unidos.
“El problema surge cuando un intermediario se hace pasar por subcontratista, es decir, deliberadamente el patrón transfiere a sus trabajadores a un intermediario con objeto de reducir sus cargas fiscales y laborales. Para ello, los falsos Subcontratistas utilizan distintos esquemas societarios, financieros y fiscales que les permiten evadir sus obligaciones tanto con los trabajadores como con el fisco”, explicó.
El investigador de la Universidad Anáhuac Puebla resaltó la importancia de evitar considerar a todas las empresas outsourcing como defraudadoras; y destacó que existen los mecanismos en las diferentes leyes para su regulación.
“Se necesita que el estado, por medio de la Unidad de Inteligencia Financiera (SHCP) realice el trabajo adecuadamente. Actualmente las leyes vigentes le otorgan todas las herramientas necesarias para poder actuar”, explicó.
Resaltó que la figura del outsourcing genera dentro de Estados Unidos de América un aproximado de 30 millones de empleos, es decir, el equivalente al 10.1 por ciento del total de trabajadores en el país.
Por último, el académico destacó que la Organización Mundial de Comercio (OMC) recomienda el esquema como a como herramienta para mejorar procesos; sin embargo, en México se pretende eliminar.
mpl