Al cierre de 2019, 26 por ciento de las tierras ejidales o comuneras del Estado de México estaban en manos de mujeres, de acuerdo con información de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu); sin embargo, el resto enfrenta desigualdades económicas y sociales por no poseer la titularidad, precisó la especialista en derecho, Gabriela Carolina Ayala García.
De acuerdo con la dependencia federal, en la entidad mexiquense hay 6.8 mujeres al frente de órganos ejidales, situación que pone en desventaja al sector. En el foro “mujeres: tenencia de la tierra, derecho a la propiedad privada” organizado por el Instituto Mexiquense de la Vivienda Social (IMEVIS), dijo que en México hay rezago en el reconocimiento de los derechos de las mujeres sobre sus ejidos.
La también investigadora ha realizado estudios en Alemania, en donde detectó que hay una legislación mucho más avanzada que privilegia la protección del sector respecto a la tenencia de la tierra.
“Hablar de propiedad privada no implica solamente considerar que es a lo que tiene derecho o no una mujer en el contexto de la propiedad, sino cuáles son los mecanismos que existen para consolidar y garantizar ese derecho como un derecho humano. La situación en México y particularmente en Latinoamérica es compleja, sobre todo por la cosmovisión relacionada con los derechos colectivos y vinculados a las comunidades indígenas y otros grupos vulnerables”.
En este sentido, expresó que es necesario que la igualdad no solo sea en teoría, sino que también se lleve a la práctica, en especial porque al no contar con la titularidad de sus tierras se enfrentan a problemáticas de discriminación. “Es constante, no importa el lugar geográfico por mientras existan espacios... Entonces si está es apertura creo que vamos a seguir avanzando”.
Rodrigo Alonso Aliaga, director jurídico de Igualdad de Género del IMEVIS, comentó que el acceso a derechos sobre el dominio de la tierra usualmente es un factor decisivo para las condiciones de vida de las mujeres en economías rurales, ya que impacta su seguridad física y económica.
“A pesar de la importancia que estos derechos tienen para ellas y los hogares que están a su cargo las mujeres carecen de manera desproporcionada de seguridad a la tenencia de estos bienes…Esto se debe que el registro de la propiedad está a nombre de un hombre el padre, el marido o el hermano.
En caso de separación o divorcio los hombres suelen tener los derechos sobre la propiedad de la tierra, mientras que las mujeres se quedan sin propiedad, y tienen que compartirla con su familia sin obtener un derecho sobre ella”.
MMCF