Atrás quedó el consumo de alcohol y drogas para un grupo de jóvenes y adultos que hoy en día se dedican a elaborar Roscas de Reyes como parte de una terapia ocupacional.
Pablo es uno de ellos, perdió la vista desde hace más de 20 años por su adicción, en los años 2000 "tocó fondo" y llegó a Drogadictos Anónimos "La Salida" en el municipio de Nezahualcóyotl, Estado de México.
"Recuerdo que cuando yo llegué me dijeron te vamos a cambiar las drogas por un empleo, me enseñaron la repostería y pese a que no veo sigo haciéndolo, ya no estoy internado, pero nosotros nunca nos curamos por eso debemos seguir y me gusta porque ya también he ayudado a mucha gente", aseguró.
Como él, hay decenas de personas que luchan a diario por dejar sus adicciones y que encontraron en la repostería una salida.
En enero realizan más de 2 mil 500 roscas que se venden en los 41 centros de apoyo que están en el país.
"Es nuestra terapia y la verdad es que nos ayuda mucho, tanto en el proceso de rehabilitación y después, porque muchos de nosotros antes de llegar aquí lo perdimos todo y al salir ya por lo menos llevábamos un oficio con el que podemos salir adelante".
Otro caso de éxito es Óscar Domínguez, quien lleva un año en rehabilitación y también aprendió el oficio de la repostería y después de quedarse sin nada volvió a recuperar a su familia.
"Para mí todo era libertinaje, lamentablemente me vi en situación de estar viviendo casi en la calle yo nada más vivía de noche y dormía en el día, hoy mis padres están orgullos de mi, por todo lo que he logrado y eso me hace sentir bien".
Para estas fechas, en el grupo de Drogadictos Anónimos ubicado en la avenida Bordo de Xochiaca entre calle 7 y la avenida Cuauhtémoc, la población de Nezahualcóyotl pueden encontrar Roscas de Reyes que van de 120 a 240 pesos, dependiendo del tamaño.
MMCF