Ante la inflación y los problemas económicos, las familias del estado de Puebla registran una pérdida del poder adquisitivo de 30 por ciento. Al mismo tiempo, la población en situación de pobreza está aumentando y la informalidad, es decir, las personas ocupadas que trabajan sin contrato y en incertidumbre laboral aumentaron 10 por ciento.
Marcos Felipe Gutiérrez Barrón, investigador de la Facultad de Economía de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (Upaep), destacó que la pobreza laboral aumentó entre 15 y 20 por ciento, es decir, creció el número de familias que, a pesar de destinar todos sus recursos para comprar alimentos, ya no les alcanza para comprar la canasta básica.
“Dentro del territorio poblano se registró una inflación del 8.64 por ciento, la cual puso al estado por arriba de la media nacional. Pero el problema estriba en que, debido a la inflación, se sigue incrementando el precio de los alimentos, aumentos sensibles en el precio del huevo y del pollo, dos de los principales productos que forman parte de la canasta básica”, destacó el investigador.
Ante el panorama actual, la expectativa es que la inflación continúe a lo largo de este año y posiblemente cierre en cinco por ciento, es decir, por encima de la meta y no sería hasta el segundo trimestre del 2024 cuando comience a disminuir.
“Se podrá llegar a la meta de una inflación menor a tres por ciento hasta el próximo año, es decir, todavía vamos a ver aumentos en los precios a lo largo de este año y principios del año siguiente”, expresó.
Los aumentos de precios de productos y servicios se traducen en un factor que afecta a los sectores más desprotegidos y las familias con más carencias, a los sectores de menos ingresos y se presenta un efecto mayor porque origina un impacto y un costo social debido a las características que tiene el mercado laboral.
“Tenemos un mercado laboral muy frágil y de ahí que la inflación afecte de manera importante a los trabajadores. Actualmente es necesario ganar tres salarios mínimos para poder comprar una canasta básica”, resaltó.
Actualmente, más de 58 por ciento de las personas ocupadas están vinculadas con la informalidad, es decir, carecen de prestaciones sociales y no cuentan con certeza laboral ni tienen seguridad social, fenómeno que está creciendo.
“Están en aumento los trabajadores que no tienen un contrato por escrito, situación que los hace muy vulnerable y que sean desprendidos del trabajo sin que reciban ningún tipo de remuneración. Por eso, al tener este mercado laboral tan frágil, los aumentos en los precios afectan tanto y generan pocos beneficios para las personas”, lamentó el investigador.
Ante el panorama actual, el investigador de la universidad poblana recomendó no utilizar la tarjeta de crédito ni contratar deuda porque las tasas de interés están subiendo y los intereses se vuelven impagables.
“Es importante cuidar la economía familiar y hacer compras inteligentes. Es importante no utilizar tarjetas de crédito ni contratar deuda porque las tasas de interés puede generar verdaderas complicaciones”, expresó.
AAC