Enrique Díaz Bernal, mejor conocido como Henry, es tatuador desde hace 30 años, tiempo en el que se ha capacitado e incursionado en di versos estilos, incluido el de micropigmentación, que se usa para ceja, ojos, labios, cabello y pezones para quienes se enfrentaron a al cáncer. Sobre este último, dijo, debe clonar el otro pezón para hacer una reproducción, “tienes que ser muy creativo, conocer mucho la técnica y sobre todo trabajar muy bien las colorimetrías, proporciones, no dañar la piel, básicamente es un trabajo artístico, pero finalmente queda un trabajo estético”.
Además, detalló que debe tomar medidas de la circunferencia, crear un molde e iniciar pruebas con gamas de colores, “no lleva delineado, es todo en tonos difuminados, la mayoría en tonos rozados, cafés, crema, ocres, depende el color natural de cada persona”.
Aseguró que se trata de un trabajo visual que conforta a la gente a nivel emocional, no porque se vaya a lucir como un tatuaje decorativo, sino porque les regresa algo de lo perdido durante la lucha contra el cáncer.
Consideró que su formación como tatuador lo llevó a también interesarse por este tipo de trabajo, ya que como parte de su crecimiento y certificación se fue especializando en este tema.
“Es raro que alguien llegue a tomarlo, porque la vieja escuela dice ‘yo sé tatuar, sé hacer todo’, y se avientan a hacerlo, y no siempre tienen los mejores resultados, lo recomendable es que busquen a alguien certificado”.
En este sentido, reiteró que es importante encontrar a la persona indicada, con las capacidades, estudio y experiencia necesaria para hacer un buen trabajo, ya que de lo contrario, puede salir contraproducente.
Anualmente tiene una demanda cercana a las mil 300 personas, “la parte de la reconstrucción de aureolas y pezones es menor, muchas veces porque se desconoce que se puede realizar esto”.
El tatuaje como expresión
Mencionó que estudió para ser artista plástico y ha trabajado con el maestro Luis Nishizawa, Ignacio Barrios y Fernando Cano, lo que lo llevó a tener las bases y facilidad para el dibujo y la comprensión de las propuestas artísticas, lo cual fue definitivo para conocer y adentrar se el mundo del tatuaje, el cual consideró como un arte.
El tatuaje es algo muy antiguo, pero hoy en día ya forma parte de una cultura estética y artística, se puede tomar como moda o identidad y cualquiera puede hacérselo, empieza a ser parte de ti, se forma hasta una adicción porque quienes lo hacen una vez difícilmente se dejan de tatuar”.
Aseguró que incursiona en distintos estilo pero su favorito es el realismo; sin embargo, señaló que todos los clientes son distintos por lo que hay desde los que piden diseños personalizados hasta la figura de moda.
“Ahora lo rige mucho las redes sociales, algunos años son simples como un infinito, otra temporada son leones que te cubren todo un brazo, geométricos, puede varias mucho, y llega a durar uno o dos años, aunque por lo general no son los que más nos agradan hacer”.
Al tratarse de una intervención permanente, el experto recomendó que se haga una buena selección del lugar donde se lo harán, que se considere la trayectoria que tiene la persona, las garantías que ofrecen y su tipo de trabajo, para que al final obtengan lo esperado.
“Piensen bien qué se van a hacer y en dónde, que no sea el primero que aparezca en tu Facebook, algo original, que si bien no tienen que estar clavados con el tema de que tiene que significar algo, pero sí que sea algo que represente tus gustos, que no sea efímeros”.
MMCF