La cuenca del Atoyac es envenenada al norte de la capital del estado y zona conurbada por múltiples descargas clandestinas de aguas de diferentes colores: a veces domina el azul y, por momentos, el rojo o guinda, las cuales son acompañadas por distintos sólidos y olores ácidos y fétidos que lastiman y parecen picar el sistema respiratorio de los habitantes.
Actualmente, la cuenca del Atoyac se mantiene como una de los más contaminadas del país, pasa por 70 municipios de Puebla y Tlaxcala donde recibe cada día descargas de aguas sucias y con diferentes sólidos.
Una de las zonas donde la contaminación es mayor se localiza en los límites entre la zona metropolitana de Puebla y el estado de Tlaxcala. El río Atoyac ingresa proveniente de Tlaxcala con altas concentraciones de contaminantes y a la altura de San Lorenzo Almecatla, junta auxiliar del municipio de Cuautlancingo, dentro el estado de Puebla, se aprecian decenas de tuberías que provienen de bodegas, talleres y empresas que realizan descargas clandestinas de aguas contaminadas.
Las tuberías de hasta kilómetros de largo y de entre 20 y 30 centímetros de diámetro, aparecen en las barrancas para arrojar aguas contaminadas. Por algunos momentos, las descargas son intensas, pero luego disminuyen hasta que parecen terminarse.
En algunas tuberías no se aprecia agua; sin embargo, están registradas las huellas de humedad de colores que muestran que, en un tiempo reciente, salieron descargas contaminadas a barrancas o riachuelos que más tarde se conectan al Atoyac.
Los habitantes de los límites de la zona metropolitana de Puebla con Tlaxcala coinciden que diferentes empresas, muchas de ellas sin nombre, del sector textil y que operan en bodegas o en casas, están “envenenando” al Atoyac, pues lanzan sus aguas residuales que generan problemas a la salud a sus familiares y a sus chivos, becerros, vacas y caballos.
En recorrido realizado por MILENIO Puebla en la zona de San Lorenzo Almecatla, se pudo constatar la presencia de tuberías que realizan descargas irregulares desde de diferentes naves industriales.
Algunos de los tubos pasan por debajo de terrenos de cultivos, algunos se conectan al alcantarillado municipal y dejan que la contaminación salga en medio de agua caliente y vapores que lastiman y parece que pican al sistema respiratorio; mientras que otros llegan hasta las barrancas.
“Están envenenando al río. Nos están matando. Por las noches, huele muy feo. Parece que pica el vapor que sale del agua. Luego sale caliente y con muchos colores y olores. A veces, sale de color rojo, luego de color azul. Le va cambiando. Son varios metros de tuberías, hasta kilómetros que pasan escondidos los tubos, dan mucha vuelta y luego salen a la barranca”, comenta uno de los habitantes de San Lorenzo Almecatla, quien expresó su temor porque los dueños de las naves o de las empresas de la zona le lleguen a causar un daño personal o a su familia.
Textilera Bonaza, señalada por contaminar barrancas
En San Lorenzo Almecatla, junta auxiliar de Cuautlancingo, los pobladores coinciden en que son muchas naves industriales y empresas las que contaminan las barrancas que desembocan al Atoyac y entre los nombres de empresas que más señalan aparece la llamada Textilera Bonaza o Compañía Industrial Textil Bonaza.
La Compañía Industrial Bonaza se localiza en el Camino a San Lorenzo Almecatla y, aunque a sus alrededores no se aprecia que salgan tuberías que contaminen al Atoyac, los pobladores aseguran que un tubo clandestino sale de la empresa, pasa por la calle, luego atraviesa diferentes terrenos y tras unos tres kilómetros, aparece un tubo del que sale agua de múltiples colores.
Un tubo de color negro transporta agua contaminada, al parecer, producto de procesos textiles. Por algunos momentos, el agua sale de color azul y en otros, se transforma y es negra, como su estuviera teñida.
Durante recorrido realizado por MILENIO Puebla, se detectó la presencia del tubo y se pudo apreciar que agua contaminada de diferentes colores sale y se incorpora a un riachuelo que desemboca en el río Atoyac kilómetros más adelante.
Los pobladores están seguros de que la tubería sale de la textilera y tras pasar de forma subterránea, saca los líquidos que son desechados de diferentes procesos industriales.
Ante la contaminación, los vecinos solicitan la intervención de las autoridades para que se realice una revisión y se inspeccionen los procesos que se realizan al interior de la textilera; además, llamaron a que se investigue el ducto que transporta aguas sucias.
La Compañía Industrial Bonaza se dedica a la producción de telas textiles de uso industrial, telas anchas de tejido de trama, así como al desarrollo de cortinas, blancos y similares.
Con alta contaminación río Atoyac, entre Papalotla, Tlaxcala, y Cuatlancingo, Puebla
En el puente que se encuentra sobre el río Atoyac y que conecta a las poblaciones de Papalotla, Tlaxcala y Cuautlancingo, en el estado de Puebla, se aprecia que las aguas del afluente son de color negro, con espuma y, por momentos, aparecen diferentes colores.
Desde la ribera del Atoyac, en los límites entre Puebla y Tlaxcala, se aprecia basura de diferentes tamaños y orígenes; además, un olor a descomposición, a suciedad y a químicos se presenta afectando la nariz.
Algunos vecinos reportan que por las noches de los domingos y algunos otros días de la semana, el agua contaminada que pasa por el Atoyac huele a químicos; además, se siente una especie de picor.
Actualmente, imágenes satelitales muestran que la contaminación de la cuenca del Atoyac, tanto del agua como del aire, afecta a más de dos millones de personas en los estados de Puebla y Tlaxcala.
De acuerdo con el análisis “El río Atoyac y la lucha por revertir la contaminación”, encabezado por Omar Arellano Aguilar, investigador del Departamento de Ecología y Recursos Naturales de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la contaminación de la cuenca se encuentra en un nivel de 46.9 puntos del Índice de Calidad de Agua (ICA).
El ICA revela que el agua aceptable debe estar en una escala de 71 a 100; mientras que el líquido contaminado se ubica entre 51 y 70; y el nivel “muy contaminado” oscila entre uno y 50, como la situación del Atoyac.
Las zonas de “riesgo alto” se localizan en los municipios de Puebla y Cuautlancingo; mientras que en riesgo medio aparece San Martín Texmelucan; y en riesgo bajo aparecen las demarcaciones de Huejotzingo, San Pedro Cholula y Coronango, dentro del estado de Puebla; y Natívitas y Papalotla, en el estado de Tlaxcala.
En la cuenca del Atoyac se presenta una ausencia de instituciones que regulen el uso del selo, la extracción de agua subterránea, las emisiones y la descarga de contaminantes; además, se presenta una deficiencia en la vigilancia ambiental.
En su momento, Verónica Mastretta Guzmán, consejera de Dale la Cara al Atoyac, organización civil que impulsa el cuidado del medio ambiente en la entidad, resaltó que, ante los problemas económicos que generó la pandemia, la ecología es una de las áreas más afectadas, y con ello, la cuenca del Atoyac.
Actualmente, la cuenca del Atoyac se encuentra en su peor nivel de contaminación ante la debilidad institucional para detener las descargas, los recortes presupuestales de los tres niveles de gobierno para proyectos en beneficio del medio ambiente y, al mismo tiempo, porque diferentes empresas dejaron de invertir en procesos de tratamiento de aguas residuales ante los problemas económicos que enfrentan ante la pandemia del covid-19.
Por un lado, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) que ayudaba en la inspección de fuentes de contaminación a los municipios, cuenta con un personal reducido; mientras que la Comisión Nacional del Agua (Conagua) cuenta con un bajo presupuesto para la inspección y vigilancia de los afluentes, explicó la ambientalista.
Por ahora, el juicio de amparo indirecto, con registro 303/2017-VII, ante el juez tercero de distrito en materia administrativa, promovido por ciudadanos ante la contaminación de la cuenca hidrológica del río Alto Atoyac, contra los tres niveles de gobierno, comenzó a reactivarse luego de se retrasó por procesos administrativos y por la pandemia de la covid-19.
AFM