Todo era silencio y oscuridad. Su cuerpo estaba cubierto de polvo y escombros. Al despertar, luego de estar inconsciente por algunos minutos, Isaac notó que no podía moverse.
Isaac Ayala permaneció por más de 30 horas bajo los escombros del edificio ubicado en Álvaro Obregón 286, en la colonia Roma, que colapsó tras el sismo de 7.1 el 19 de septiembre del 2017.
Durante esas angustiosas horas, recuerda que sólo escuchaba "un ruido muy extraño que hace alguien cuando fallece".
A sus 28 años y padre de dos hijas, es sobreviviente al derrumbe en este inmueble donde 49 personas murieron y 27 más fueron rescatadas.
Foto: Cuartoscuro
Tres meses antes de la tragedia, Isaac comenzó a trabajar en ese edificio, donde hacía labores de mantenimiento y algunos mandados para su jefe.
El día del sismo, Isaac estaba en el tercer de los seis pisos del edificio cuando a las 13:14 horas comenzó a temblar en la Ciudad de México. En su trabajo, la alerta sísmica nunca sonó y tampoco había ningún anuncio de salida de emergencia.
Cuando el suelo empezó a moverse, buscó a sus compañeros e intentó a gritarles que se salieran. No sabían para dónde correr y una escalera de metal fue el punto donde creyó que sería más seguro estar.
"En ese momento, pasando una puerta de cristal, fue cuando se desplomó totalmente el edificio".
A un año del sismo, Isaac regresa al lugar de donde fue rescatado. Viste una playera negra, chaleco, tenis, y un pantalón de mezclilla azules. En la mirada se nota tranquilo, pero en el tono de voz se percibe que no todo ha sanado
"Aprendí a vivir con miedo": sobreviviente del 19-S
De pie, sobre la banqueta, comenta que vive "echándole ganas, pero con el mismo miedo" de un temblor como el del 19 de septiembre del año pasado. Confiesa que a veces llora sólo al recordar ese día y trata de no platicar del tema con su familia.
Detrás de él, un tapial cubre la zona del derrumbe. Entre las maderas, un pequeño agujero deja ver que adentro del terreno hay dos automóviles aplastados y semicubiertos por una lona azul.
Foto: Cuartoscuro
"Ver esto ya derrumbado me causó mucha tristeza. De la noche a la mañana está entero, hoy vienes y ya no está, todo eso pues es muy triste. ¿Cómo sigo día a día?, pues echándole ganas, pero con el mismo miedo. Aprendes a vivir con el miedo porque no sabes si otra vez va a pasar. La madre Tierra en cualquier momento lo va a hacer".
Durante el temblor quiso salvar a una señora que ese día había entrado a trabajar para preparar ensaladas. Sin embargo, no pudo ayudarla. Al volver en sí intentó ver si ella estaba cerca y si estaba bien, pero aquella mujer "ya estaba agonizando, casi muriéndose" hasta que momentos después dejó de escucharse y se murió cerca de sus piernas.
"Sentí una tristeza en el alma pues no pude hacer nada por ella. Quería que saliéramos bien, pero lamentablemente así es el destino, yo creo y ahí quedamos. Es donde empieza lo más terrorífico".
Foto: Cuartoscuro
Bajo los escombros y con algunas complicaciones para respirar, Isaac escuchó un helicóptero que volaba lejos. También, a algunas personas agonizando y a otros pidiendo ayuda.
"(Se escuchaba) como que lloraban…un ruido muy extraño que hace alguien cuando fallece; eran últimos suspiros. Toda la noche se escucharon varios, en el cuarto piso. Se escuchaba cómo fueron agonizando y en la madrugada dejaron de hacer ruido y sabes que ya fallecieron".
Conforme pasaban las horas, el hambre y la sed aumentaban, y lo único que hacía era pensar positivamente y creer que saldría, a sabiendas de que la mitad de su cuerpo estaba aplastado, pero "gracias a Dios estaba entero".
Nunca dejó de pensar en su esposa y sus hijas, una menor de 7 años y otra de un año ocho meses. Incluso consideró grabar con su teléfono un último video en donde enviaría un mensaje de despedida.
"Iba a grabar un video debajo de los escombros en donde me despedía de mi familia por cualquier cosa si llegaba a fallecer y pues mínimo decirles que ojalá que me perdonaran o qué es lo que hice mal o bien, a quién le fallé y a quién no, esto como un recuerdo que al final de cuentas iban a encontrar el teléfono y si me llegaba a morir, pues mínimo (que hubiera) un bello recuerdo para mis hijas y mis papás; pedirles perdón a todos si les hice daño o los insulté o lo que les haya hecho aquí en la Tierra".
El miércoles 20 de septiembre fue rescatado
Rodrigo Heredia, un contador que decidió apoyar en las labores de búsqueda y rescate, salvó a Isaac.
En el camino rumbo al hospital, lo primero que deseaba era hablar con sus familiares para decirles que estaba bien.
"Fue una alegría ver a mis hermanos todos juntos ahí en el hospital. Siempre he tratado de que jamás me vean vencido. Mi padre me ha inculcado ser muy fuerte, ser hombre fuerte y no doblegarme por cualquier cosa. Entonces les dije ‘no lloren, ya estoy aquí".
Foto: Cuatoscuro
"Estoy muy contento por estar con mi familia, por mis seres queridos los que me estiman, los que conozco y sí le doy gracias a Dios de que estoy vivo porque él me ayudó estando allá abajo. Estuve orando para que ayudara a salir".
Hoy envía un mensaje de agradecimiento para todos los que ayudaron en las labores de rescate, "desde el tamalero hasta el tortero, al que trajo agua, al que se metió a sacar los escombros, a todos".
"Les agradezco de corazón. No tengo otra palabra con que pagarles lo que hicieron por nosotros que estamos vivos. Muchas gracias".
La herida no cierra... a un año del 19-S