El espejismo de una calle en buen estado, paseo por 'baches' de Pachuca y Mineral

Los baches no son un problema único de Pachuca, sino también de sus municipios vecinos y las lluvias únicamente incrementan los “cráteres”

Tras lluvias, aparecen nuevos 'baches' en calles de Pachuca y Mineral de la Reforma. (Jorge Sánchez)
Pachuca /

Un sonido similar al de una marcha de millones de soldados comienza a hacer eco, un cielo gris, que parece no tener vida acompaña los impactos en el pavimento de millares de gotas de agua, algunos truenos como tambores parecen indicar que cada una de ellas debe redoblar el paso y usar la fuerza de gravedad para impactar en el asfalto, la guerra culmina, pero el campo de batalla reciente el daño. 

Caminar o circular en bicicleta, automóvil o transporte público por las calles y avenidas de Pachuca y Mineral de la Reforma es similar a un rally por campo traviesa, lleno de obstáculos inesperados en los momentos menos indicados, situación que empeora con un poco de precipitación, y en últimos días ha sido una constante la caída de lluvia y tormentas en la capital de Hidalgo y su Zona Metropolitana, pues genera y empeora los “baches”.

 

Una problemática nada nueva, pero sí muy resentida, constante y al parecer inatendible; antes de que la temporada de lluvias estuviera en su apogeo, ambas presidencias municipales ejecutaron labores de “rebacheo” o mantenimiento de las principales arterias en muchas colonias, es perceptible la labor, pues estos parches resaltan del gris de las vialidades, donde incluso el blanco de las líneas de división de carriles para automóviles se pierde en el monocromo del asfalto y pavimento.

A primera vista parece que estas intervenciones generan calles y avenidas en buen estado, pero como un oasis en el desierto, muchas veces es sólo un espejismo, uno que puede tener consecuencias graves. Mientras circula un automóvil, despacio a causa del pavimento mojado, con el vaivén de los limpiaparabrisas y una pieza que parece salida de una obra de Wagner entonada por las gotas que impactan en la carrocería, a lo lejos se ve una mancha negra a mitad de una vialidad, no se distingue si es un parche para tapar un bache o un cráter que se debe evitar, el agua que lo cubre sólo refleja el cielo y la poca luz que lo alcanza. 

De pronto, una llanta parece hundirse, “era un hoyo”, expresa el conductor, “no se distingue con el agua, pensé que era uno de los que habían arreglado”, añade mientras circula por la avenida principal de la colonia La Providencia. A pocos metros sucede el mismo fenómeno, sólo que en esta ocasión el conductor decide esquivar el bordo obscuro que sobresale de la vialidad, sólo para caer nuevamente en otro bache, la lluvia no sólo afectó las reparaciones que se habían hecho semanas atrás, sino que ahora también oculta el problema, como un campo minado que espera a la próxima víctima.


No importa si es una calle en una colonia o fraccionamiento, una avenida principal e incluso una carretera federal, el mal estado de la capital de Hidalgo y su zona metropolitana le han concedido el apodo de “Bachuca”, una pesadilla para cualquier vehículo o peatón, pues no sólo las unidades motorizadas son susceptibles a tener un accidente por estos hoyos en el pavimento y asfalto, también han visto caer a más de una persona que sólo pretendía cruzar su cauce para llegar al otro lado, o simplemente son bañados por conductores imprudentes que circulan a gran velocidad y por ello no pueden evitar sumergir su neumático en la laguna de agua pluvial. 

Enlistar cada una de las calles y avenidas de ambos municipios que tienen ese hermoso paisaje lunar sería interminable, pues tan sólo la Bella Airosa reporta mil 500 en mal estado, y su vecino La Reforma, no ha informado de datos concretos sobre esta problemática, pero si se cuestiona a los trabajadores del volante, taxistas o del transporte público, tendrán una sola respuesta: “no hay calle que no tenga baches”.


La caída de agua cede al final, aunque en el cielo el sol brille nuevamente, las calles reflejan el daño de un combate que no pueden ganar, “el agua puede romper la piedra más fuerte”, dice un proverbio antiguo; “el agua siempre busca salida”, afirman los ancianos sabios; “y Bachuca siempre tendrá baches”, reconocen sus habitantes con un tono de resignación.

  • Teodoro Santos

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