Testigo del acontecer de Tampico desde hace 130 años, la antigua Estación del Ferrocarril espera mejores tiempos para volver a brillar, como cuando era un importante punto de partida y llegada de familias, empresarios y políticos de la época.
Hay proyectos en el tintero para darle vida a este emblemático sitio que fue parte de la historia y progreso de la ciudad y será integrado a la oferta turística del puerto.
Desde hace tiempo se planea convertir el lugar en el Museo del Ferrocarril, pero todavía no se dan las condiciones para lograrlo, mientras tanto, hasta antes de la pandemia, era visitado por cientos de turistas.
Hoy sin embargo, en su interior se respira soledad porque las restricciones sanitarias por el covid-19 no permiten que abra sus puertas al público.
Monterrey, SLP y Magozal, los destinos
La tarde del 17 de abril de 1890 se inauguró de manera oficial la antigua Estación del Ferrocarril, diez años después de que llegara este medio de transporte a Tampico y la región. Monterrey, San Luis Potosí y Magozal eran los destinos finales. El nuevo edificio se ubicaba en calle Aduana esquina con Héroe de Nacozari en la zona centro de la ciudad, a unos pasos de la Aduana Marítima y el recinto portuario.
Funcionó de manera normal, hasta que 31 años más tarde un incendio arrasó por completo el inmueble y fue necesaria su reconstrucción, misma que corrió a cargo del arquitecto Carlos Greenham. Mientras se realizaba la obra, estuvo funcionando en una pequeña casa de madera que servía como estación temporal para la llegada y salida del ferrocarril.
En 1935 y su estilo arquitectónico era admirado por propios y extraños.
La obra costó más de medio millón de viejos pesos.
El inmueble situado en el corazón del puerto dio servicio hasta el 23 de junio de 1993, cuando fue la última vez que partió el tren de pasajeros para posteriormente dedicarse a transportar solo carga. Terminaba con ello, un ciclo de 130 años. La tristeza embargó a los trabajadores ferrocarrileros, cuando cerraron las puertas de acero del lugar y recorrieron con su mirada los andenes y las paredes de talavera adornadas con tejas, mosaicos artesanales, herrería clásica, vitrales y faroles de tipo californiano.
No pudieron evitar también la nostalgia al recordar a todas aquellas personas que viajaron a Monterrey, San Luis Potosí y, últimamente ya solo Magozal pues las primeras corridas habían dejado de funcionar.
El historiador Francisco Ramos Alcocer recuerda con claridad todo el movimiento que se vivía en torno a la Estación del Ferrocarril.
“Son recuerdos entrañables el llegar desde muy temprana hora para poder formarse frente a la taquilla, donde una amable señorita ofrecía los boletos. Era muy común ver a niños de todas las clases sociales correr bajo la mirada de sus padres y abuelos, mientras esperaban ser llamados para abordar los vagones e iniciar la travesía”.
Menciona que por ahí llegaban los candidatos a la Presidencia de la República, quienes eran esperados por una comitiva que acudía a recibirlos, mezclándose entre las familias y empresarios. Todos convergían en la estación.
La reconstrucción del inmueble permitió a este soportar desastres naturales como los huracanes “Gladys”, “Janeth” e “Hilda” en 1955, que provocaron inundaciones históricas en Tampico. No lograron destruirlo. Pero al paso de los años y la modernización de las vías de comunicación y los nuevos manejos de fletes, fue desapareciendo el interés de las empresas ferroviarias en mantener el tren mixto dejando a cientos de personas sin poder visitar localidades que hoy se han convertido en verdaderos pueblos fantasma, menciona Rodolfo Torres Sánchez.
El secretario de Previsión Social del Sindicato de Trabajadores Ferrocarrileros, señala que a pesar de que el edificio ya fue reconocido por el Instituto Nacional de Antropología e Historia como patrimonio de la nación con el registro 280380010130, no se ha logrado concretar el proyecto planteado en mayo del 2018 para convertirse en el Museo Ferrocarrilero.
Comenta que el municipio de Tampico ya ha tenido acercamientos con la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, con este propósito, pero nada se ha formalizado al momento.
El edificio histórico espera que pase la pandemia para volver a ser parte de las visitas guiadas que se realizan a la par de la Ex Aduana, plaza Hijas de Tampico y los nuevos mercados, explica la directora de Turismo porteño Elvia Holguera Altamirano.
Su historia...
La primera estación porteña se edificó sobre la línea ChicaloteTampico y la Barra del Ferrocarril Central Mexicano tras aprobarse la concesión número 17, fechada el miércoles 8 de septiembre de 1880.
En aquel día tan especial el tren llevaba varios vagones Pullman con los nombres de Santa Fe, Sabina, Wanderer, Rthens y Rico, que salieron de San Luis Potosí a las 9:15 horas del viernes 16 de abril con destino a la recién terminada primera estación de ferrocarriles de Tampico, a la cual arribó a las 5 de la tarde del sábado 17 del citado mes.
La locomotora fue recibida entre gritos y aplausos, dando paso así a grandes festejos para conmemorar tan importante acontecimiento, aunque su inauguración formal está documentada el 17 de abril de 1890, es decir, 10 años después, menciona Ramos Alcocer.
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Comenta que este tren procedía de la Ciudad de México, con vagones especiales ya que ahí viajaban el secretario de Comercio, Carlos Pacheco y el secretario de Guerra, Pedro Hinojosa, quienes venían en representación del presidente de la República el general Porfirio Díaz, y la ceremonia estuvo a cargo del entonces gobernador Alejandro Prieto.
La antigua Estación del Ferrocarril de Tampico, actualmente está considerada como una majestuosa obra que fue fundamental para el desarrollo de México al convertirse en imán para el comercio internacional, ya que todo lo que llegaba en barco al puerto de Tampico no podía permanecer por mucho tiempo en la Aduana y tenía que ser transportado por tren a los distintos rincones del país.
lpr