En Puebla, más de 33 mil estudiantes de educación básica presentan alguna discapacidad y son quienes enfrentan las mayores dificultades en medio de la pandemia del covid-19; además, son los olvidados en los esquemas de retorno a clases presenciales.
Rodolfo Cruz Vadillo, investigador del Decanato de Artes y Humanidades de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (Upaep), explicó que la mayor parte de las personas con discapacidad carecen de recursos y de un contexto propicio para aprender.
“No todas las personas con discapacidad tienen los recursos para generar un contexto propicio para poder aprender. Hoy que están diciendo que regresen los que quieran, los que puedan. Los grandes olvidados son las personas con discapacidad en este retorno. La solución a que puedan regresar a la escuela depende de cómo están ellos”, apuntó
Ante los retos actuales, el investigador de la universidad poblana destacó la importancia de pensar en una educación inclusiva que cuenta con un principio comprensivo para que la persona se sienta incluida y pueda trabajar de manera con los demás.
“Pese a que hay apoyos tecnológicos, esos se limitan a los estudiantes que tienen acceso. En México, la situación de discapacidad está íntimamente ligada con cuestiones de pobreza. No es porque la persona con discapacidad no sea capaz de hacer cosas. En una familia, una mamá tiene que dejar de trabajar para apoyar a una persona con discapacidad”, explicó.
Los estudiantes con alguna discapacidad enfrentan diferentes retos en el ámbito educativo y el principal se relaciona con que se les reconozca y se les brinden las mismas oportunidades para su desarrollo educativo y personal.
“Hay un número significativo de estudiantes con discapacidad. Cada vez se engrosan más las filas de la educación por los principios de educación inclusiva. Los estudiantes con discapacidad tienen muchos retos que enfrentar en el ámbito educativo y uno de ellos tiene que ver con el reconocimiento de su diferencia”, apuntó.
Para el investigador, en medio de los tiempos de la pandemia es fundamental que se pase de una educación especial que se basa en trabajar con la persona a una educación inclusiva, es decir, en donde se tome en cuenta su contexto.
“En una educación especial lo que se busca es trabajar sobre la persona de forma individual, ver habilidades y competencias que se pueden desarrollar. Una práctica inclusiva tendría que ver no con el trabajo directamente, de eso se encargaría directamente el docente. En la educación inclusiva, el docente tiene que ver el contexto, el espacio que posibilite que la persona puede desempeñarse”, apuntó.
El reto para toda la sociedad es contribuir a que todas las personas puedan acceder a la educación con igualdad y equidad, que se base en un principio de justicia educativa, un principio de justicia curricular, explicó el especialista.
“El gran problema que tenemos hoy, que no solo se reduce para los estudiantes con alguna discapacidad, sino es una problemática para todos los estudiantes, es que la posibilidad de compartir y de estar con el otro, de construir relaciones, no existe, no como la conocías. No tiene tanta potencia como cuando estábamos en las aulas”, finalizó.
AFM