Las vallas metálicas de palacio de gobierno cayeron una a una. También en el Reloj monumental de Pachuca durante el paso de los contingentes feministas este 8 de marzo, Día internacional de la mujer. Cada una de las mujeres, una historia, una exigencia de justicia.
Marcha 8M en Pachuca
Los cuerpos se perdían entre el gas que nublaba alrededor, picaba la garganta y la vista, mientras que el ruido metálico de la valla arrastrada por el piso anunciaba un nuevo impacto contra los policías, entre ellos también mujeres, parapetados detrás de sus escudos para proteger la fachada del palacio de gobierno.
Ningún uniformado y mujer policía se movió de su lugar. Todos resistieron e incluso algunos golpearon a los fotógrafos que documentaban las detenciones de varias jóvenes, según denunciaron en la plaza Juárez de Pachuca.
"Es tu pared, pero era mí amiga", dice un papel que pegaron en un escudo de los agentes, justo arriba de la palabra Policía. Al desorden de la confrontación, el fuego de los carteles, muchos empujones entre cuerpos que resisten, unos para impedir el paso, otros que intentan vencer una barrera de agentes, siguió la calma de una tarde de sábado donde las mujeres también dieron a conocer los casos de víctimas de feminicidio y desaparición.
Las historias
Una de ellas es Gloria Laguna, quien busca a su prima Fabiola Cornejo Ruiz que desapareció el 20 de enero de 2019 en la región Tula, por lo que decidió marchar junto con miles de mujeres este 8 de marzo en Pachuca.
En la espalda de Gloria, una cartulina blanca con letras negras dice "Por las que ya no están y por las que están en silencio hoy marchamos" y en cada uno de los cuatro costados pegó la ficha de búsqueda con la foto de su prima. Se busca, dice.
Otra mujer también marcha. "Mi hermana se llamaba Araceli. Ya no está. Tenemos dos años esperando justicia para ella. No han nombrado al imputado y las autoridades no hacen su trabajo.
Una joven con un pañuelo morado toma el megáfono. "Mi prima se llamaba Iris. A siete días de haber dado a luz a su segundo hijo, su esposo la asesinó. La estranguló e hizo parecer que se había caído de las escaleras. Queremos justicia para ella. Hoy sus hijos no tienen a su mamá", dijo.
Por la calle Guerrero una manifestante cuenta: Josué tocó a una niña de diez años, pero las autoridades desaparecieron la carpeta de investigación. "Las niñas no se tocan, no se violan, no se matan", grita durante la marcha.
"Vengo a levantar la voz. Una persona me pegó pero nadie me hizo caso porque soy gay. Ya no quiero sufrir más violencia", narra un joven.
"Mi familiar fue violentada en Ciudad Sahagún, el pasado 22 de enero. Ella salió a estudiar, tenía un futuro brillante. Su casero la encerró, abrió las llaves del gas. Hizo pasar su muerte por un suicidio, pero la Procuraduría lo tipificó como un feminicidio. Pedimos justicia por ella y por todas".
Así continúan las historias de cada una de las integrantes del contingente. Mientras las vallas permanecen derribadas sobre avenida Juárez y plaza Independencia.