Expertos advierten por promoción en redes de anorexia

Niñas siguen consejos de grupos sociales que podrían llevarlas a la muerte.

La anorexia puede presentarse a partir de los 14 años. Foto: Cuartoscuro.
César Cubero
Monterrey /

Dentro de la diversidad de riesgos que existen en el uso inadecuado de las redes sociales, está el de los grupos de Facebook o WhatsApp que fomentan la anorexia (Ana) y la bulimia (Mía), señaló Josué Rodríguez Hinojosa, catedrático de la facultad de Psicología (FaPsi), de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), y especialista en terapia breve.

En ello, según relató, las niñas, por lo regular introvertidas, encuentran un sentido de pertenencia, y ponen en peligro su vida al seguir los consejos no profesionales que se dan a través de esas plataformas.

“En redes sociales hay quienes promueven la anorexia y la bulimia, como Ana y Mía, o con nombres de princesas, en blogs y en grupos de WhatsApp, y hacen comunidades donde se apoyan las jovencitas unas a otras para estar perdiendo peso, y darse consejos sobre cómo lograrlo.

“Básicamente son grupos donde empieza a haber mucha unión y al ser personas introvertidas, de pronto este sentido de pertenencia lo encuentran ahí, tristemente”, lamentó.

La anorexia, explicó, es un trastorno alimenticio, y es uno que se debe tratar de manera psicológica y de forma nutricional, cuyo núcleo es el temor a aumentar de peso, y el riesgo mayor es perder la vida si el paciente no es tratado a tiempo.

En este trastorno las y los pacientes suelen perder peso rápidamente para estar abajo de su peso relativo a su edad y genética, y básicamente, dijo, el tema es restrictivo, de no comer o de disminuir el número de calorías; y las personas tienden a actitudes o comportamientos compensatorios, como hacer mucho ejercicio.

Rodríguez Hinojosa señaló que es a partir de los 14 años cuando aparece la anorexia, con mayor frecuencia en la niñas, con una relación de diez veces más presencia en mujeres que en varones, y se estima que afecta a un cinco por ciento de la población; y tiene como dificultad que es “un trastorno que se esconde, y no suele ser fácil para los padres detectarlo”.

Lo más recomendable es que este trastorno se trate de forma integral, con psicoterapia, asesoría nutricional, y si es muy bajo el peso, recurrir al internamiento. Es clave, mencionó, que exista comunicación entre los distintos profesionales que estén atendiendo al paciente.

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