En Puebla, es necesario un cambio en la educación y cultura vial, tanto en ciudadanos como en el gobierno, para lograr que se de la priorización a modos de transporte sustentables y se cree una sensibilización sobre los actores vulnerables en la vía pública.
De acuerdo con el estudio “El Uso de la bicicleta como medio de Transporte en Puebla”, realizado por Omar Ramón Ramos Hernández, maestro en Ingeniería por la BUAP, ante los problemas de congestionamiento en la angelópolis, el uso de la bicicleta representa una alternativa para mejorar la movilidad, disminuir los problemas de tránsito y tener un sistema de transporte sustentable.
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“Además de presentar otros beneficios como lo son mejoras en la salud de los usuarios, disminución de tiempos de recorrido en distancias cortas y medianas, ahorros económicos con relación al gasto por el uso del automóvil privado, así como, disminución en las emisiones contaminantes”, establece el estudio.
El análisis destaca la necesidad de impulsar una conciencia respecto al espacio, derechos y obligaciones que todos y cada de uno de los usuarios de la vía pública tienen. Para lograr este cambio, se deben generar campañas, totalmente amigables, donde se incentive la convivencia de los diferentes modos de transporte, haciendo notar la importancia que cada uno representa.
“Se considera necesaria e indispensable, la modificación del marco regulatorio vinculado a la infraestructura vial donde se consideren obligatorios los criterios de diseño para la implementación de infraestructura ciclista, desde un enfoque de movilidad urbana sustentable”, destaca el análisis.
El análisis destaca que, pese a los esfuerzos que se han realizado por parte de instituciones públicas, en la se tiene como centro de diseño de infraestructura vial al vehículo motorizado, las obras no se proyectan con una planificación urbana donde se respeten los espacios para cada uno de los modos de transporte.
“Si se mejoran las condiciones de infraestructura y servicios hacia la bicicleta, se puede llegar a generar una gran atracción de usuarios para este modo de transporte. Está claro que la promoción por sí sola no logrará que cada vez más viajes se realicen en bicicleta, esta debe estar acompañada de infraestructura ciclista cómoda, coherente y sobre todo segura”, añade el estudio.
El estudio añade la importancia del desarrollo de ciclovías funcionales que deben construirse a nivel de calle y siempre por el lado derecho, lo que hace que los usuarios accedan y salgan en cualquier punto desde su origen a su destino, sin tener que ingresar a un camellón ni sortear el tráfico de vehículos motorizados.
“Las ciclovías elevadas solo son recomendables en casos específicos como en ríos, cruce de autopistas o vías del tren. El construir ciclovías elevadas, segrega a los ciclistas, obligándolos a ingresar y salir por puntos específicos generando mayores recorridos, además, da oportunidad a que se presenten actos delictivos, o bien, en caso de algún accidente se torna complicado el llevar los servicios de atención”, apunta el estudio.
AAC