La falta de inversión a ciencia y tecnología detiene el desarrollo de proyectos científicos de largo alcance y dificulta el desarrollo de especialistas. Actualmente, México invierte recursos equiparables con 0.35 por ciento de su Producto Interno Bruto (PIB) para ciencia, con lo cual, se coloca por debajo de países de América Latina.
Así lo explicó Martha Alicia Palomino Ovando, directora de la Facultad de Ciencias Físico Matemáticas de la Universidad Autónoma de Puebla (UAP), quien destacó que sin un apoyo a la ciencia y a la tecnología, será complicado lograr el desarrollo del país.
“La inversión es menos del medio punto porcentual del PIB para ciencia y tecnología. Está como en el 0.35 por ciento. Siempre la meta que nos han prometido es incrementarla. En otros países con un mayor, la inversión llega a un uno por ciento. Nosotros tenemos altas expectativas para que aumente la inversión. Un país sin ciencia y tecnología no tiene crecimiento, no tiene desarrollo”, apuntó.
Señaló que cuando se invierte en ciencia y tecnología, se pueden desarrollar diferentes proyectos que terminan beneficiando a la sociedad; además, se deja de depender de equipos que llegan de otros países.
“Esperamos que la inversión crezca. Las implicaciones a nivel país, el tener un mayor porcentaje de recursos para la ciencia favorece a toda la sociedad; sin embargo, hemos visto que se han reducido los recursos y esto merma los proyectos de investigación, la formación de cuadros y de recursos humanos en el área de ciencia”, manifestó.
En entrevista, la investigadora de la máxima casa de estudios lamentó que en los últimos años, México haya caído en su desarrollo de ciencia, ya que en el pasado, estaba a niveles de Brasil, pero, en la actualidad, ya es superado por diferentes naciones de América Latina.
“Hace muchos años, estábamos a nivel de Brasil y, actualmente, nuestros números comparados con países de América Latina, respecto a la inversión a ciencia son menores. Es evidente que debemos trabajar para que haya un mayor presupuesto para ciencia y tecnología. Un país sin ciencia no tiene desarrollo, no tiene futuro”, resaltó.
A la par, la directora de la Facultad de Ciencias Físico Matemáticas de la UAP resaltó la importancia de que de comience a fomentar el interés por la ciencia desde los niveles de preescolar, primaria y secundaria.
“Sé que hay escuelas que empiezan a vincular actividades científicas, haciendo ambientes de aprendizaje más agradables y con mayor emotividad para los estudiantes, que disfruten el aprender. Eso se está vinculando en las áreas de las ciencias duras”, apuntó.
Señaló que comenzar un nuevo sistema de enseñanza que impulse el desarrollo de ciencias exactas es complicado porque primero se tiene que trabajar en los docentes, ya que fueron capacitados con otro sistema.
“Es un proceso que puede llevar varias generaciones porque los mismos maestros, al no ser formados de esa manera, tendrán otras formas de enseñanza. El papel de la investigación educativa y el papel como universidad, es formar a los profesores en este tipo de actividades y actitudes en el desarrollo de la pedagogía desde los niveles de preescolar”, comentó.
Para Palomino Ovando, solo si desde la infancia de inculca el amor por las ciencias y se les dice que no son “aburridas”, se podrá tener resultados en el mediano y largo plazo, porque se pueden desarrollar proyectos multidisciplinarios de largo alcance.
“Si desde niños participan en áreas como la antropología, la historia, las ciencias sociales, da pauta para que cuando sean grandes, se puedan integrar a estudios multidisciplinario. Es necesario, realizar actividades de difusión de las ciencias y la tecnología”, apuntó.
ARP