Comida, café y una sonrisa: familia acude en carro a regalar alimentos en Navidad en CdMx

Una lluvia fuerte y constante había caído en gran parte de la Ciudad de México, siendo un 25 de diciembre, en plena Navidad, un vehículo con el maletero abierto estaba parado en la Avenida Hidalgo y calle Héroes, en la alcaldía Cuauhtémoc, el que, lejos de entorpecer el tránsito o alterar el orden público, estaba rodeado de tres personas regalando comida y café a un cada vez más amplio número de transeúntes, a quienes se les podía ver cómo el clima frío los tenía entumecidos.

Así fue como MILENIO, en un casual recorrido por bicicleta, pudo ver a Claudia Ponce, su esposo, Hugo Rodríguez, y su madre, Malena Rubio, quienes en medio del incesante aguacero estaban haciendo una noble acción; sin anunciarlo públicamente, sin tener una cartulina que avisara a los demás y sin la necesidad de tomarse una selfie para alardear en redes sociales.

“Lo hago porque estoy muy agradecida con la vida, porque Dios me ha dado dos veces la oportunidad de seguir viva, de seguir haciendo algo por los demás y porque tengo mucho qué dar, junto con mi familia, a más personas que pudiéramos pensar que no tienen la misma fortuna que nosotros de tener un techo, un plato de comida caliente, de tener una familia que los abrace y que los acompañe en los momentos difíciles”, cuenta con una evidente emoción Claudia.

Mientras ella hablaba, el paisaje alrededor era melancólico. Se puede ver a hombres y mujeres solos, algunos completamente mojados y otros con mantas que solamente ellos sabrán cuánto les cubría de las bajas temperaturas. También había familias con niños pequeños, a quienes se les asomaba una sonrisa cuando tenían los alimentos en la mano.

Cada frase que se emitía, especialmente las de agradecimiento, iban acompañadas del típico vaho, ese humo que asoma cuando hablamos en el frío, evidenciando las bajas temperaturas que se sentían en una actividad que la familia de Claudia, incentivada por ella, decidió iniciar desde el 24 de diciembre de 2021 en la Ciudad de México.

Claudia es cantante, activista que defiende a los animales y también se dedica al comercio. Este 25 de diciembre iniciaron la actividad a las 15:00 horas “y bendito Dios, la comida se va rápido, porque en cuanto una persona ve que están dando comida, le avisa a otro, se avisa, van llegando y van pidiendo”, afirma.

Hugo dice que para ellos, como familia, “no importa frío o lluvia, lo importante es compartir un poco de lo que Dios nos ha compartido”. Llegaron a ese lugar luego de “peinar” la zona, viendo qué parte podían llevar esos alimentos para brindarlos a quien “se acerque, con todo gusto, con todo el corazón”.

Mientras Hugo hacía una pausa para llenar con agua caliente uno de los vasos para un café o té, los platos se hacían pocos cuando Malena, de 66 años y que tomó sus precauciones ante la pandemia, los repartía a quienes les iban pidiendo uno.

“Mi hija preparó los platillos, ella guisa muy rico”, relata cuando mostraba que la comida que llevaban era pierna adobada con pasta, jamón y crema. “No te quiero mentir, pero fueron como 60 platos y con cafecito o tecito, ya ves que muchas personas no pueden tomar cafeína”, agrega.

“Lo único que te puedo decir es que siento mucha gratitud por estar viva, por poder hacerlo. El mejor pago que me pueden dar es con una sonrisa y el saber que el día de hoy, por lo menos con este clima, con este frío que está haciendo, ya tienen algo en el estómago calentito que les puede ayudar a pasar mejor una temporada tan difícil para mucha gente que no tiene un techo donde cubrirse”, sostuvo Claudia.

Ella misma revela que espera seguir haciendo esa actividad por más años, en una época en la que, más allá de alguna religión específica, se pretende tomar sentido a la solidaridad y la bondad, con gestos que para algunos podrían ser más fáciles que otros, pero que para un grupo importante de la población, en condiciones de extrema necesidad, simbolizan humanidad.

OMZI