Honesto, trabajador e incorruptible, así describen familia y amigos a Fernando Arellano, elemento de la policía municipal de Pénjamo que falleció en el cumplimiento de su deber, cuando sujetos armados a bordo de una motocicleta lo ultimaron con tres disparos durante una persecución.
Diana Ortega, viuda del elemento, lo recuerda como el amor de su vida, padre de una pequeña de dos años y de un bebé en camino. Pide que su sacrificio no sea en vano y que se castigue a los responsables.
“El fue muy digno, hasta la fecha lo es, lo digo enfrente de todos, porque yo siempre le decía: 'El día que te toque una balacera, hazte para un lado, hazte el que no sabe, di que se te poncho la moto’ y su respuesta siempre fue ‘¿Qué caso tiene hacerme un lado si soy policía? ¿Qué caso tiene ser policía si no voy a ayudar al pueblo?’. Ahora yo le digo a todo el pueblo que no se cansa de criticar a los policías, que no todos son iguales yo sé que desgraciadamente hay algunos a los que les vale y embarran a sus compañeros, pero él era un buen elemento de la policía”, narra la Diana.
Con tan solo 23 años de edad, inició en la corporación como elemento de proximidad vial, para ser posteriormente ascendido a policía municipal, el ya había aprobado todos sus exámenes de control y confianza. “Desde pequeño su sueño era ser policía, y lo logró” cuenta su madre Reyna Rosales.
“El soñaba con ser policía desde chiquito, el hizo realidad su sueño de ser un policía legal, no corrupto… él decía que quería ser derecho y lo hizo, fue derecho mi hijo, cumplió sus sueños, pero lamentablemente me lo mataron, yo no me explico si tenía su chaleco ¿porque no lo protegió? le pegó lamentablemente tres tiros no se pudo salvar su vida” señaló
Cabe destacar que autoridades municipales se encuentran investigando cómo es que los tres impactos de bala lograron traspasar el chaleco que el elemento portaba, esto para determinar si efectivamente su equipo se encontraba en condiciones óptimas y descartar responsabilidades.
AIIL