Los rayos del sol aún fuertes, la temperatura de 32 grados; es el calor característico de la zona que se confabula con la brisa procedente del Golfo de México para hacer un día especial en la actividad turística de Tampico.
Hay gente sentada esperando el gran momento, la inauguración de la mega rueda de la fortuna construida en el bulevar perimetral de la Laguna del Carpintero. Las sonrisas son espontáneas, sobre todo la de los niños que por primera vez ven lo que para ellos es el juguete más grande del mundo.
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La gente sigue llegando, no desaprovecha la oportunidad de tomar la foto del recuerdo desde su lugar; mientras los vehículos pasan a marcha lenta sobre el bulevar perimetral, los pasajeros asoman sus cabezas, sacan la cámara del celular para tomar la foto.
La rueda tampiqueña es la tercera más grande del país, la única que cuenta en sus góndolas con todos los alusivos, flora, fauna, edificios emblemáticos del municipio.
Aún faltan minutos para que empiece a girar, la emoción está en todos, incluso en aquellos que ya hacen fila para ser parte de la historia que este día se escribe en los libros de oro de la ciudad, justo en los festejos de su bicentenario.
Por fin, después de la espera, el momento cumbre ha llegado, hay caras de alegría, de asombro, de emoción, incluso de nerviosismo cuando empiezan a subir las primeros paseantes.
“Ya quería subir a la rueda, vengo con mis nietos y con mi hija a disfrutar este bonito juego, venimos a disfrutar y a divertirnos”, afirma don Juan, un tampiqueño de 67 años de edad que ha sido testigo del progreso de la ciudad.
Los cupos están completos y la primera vuelta de la felicidad empieza a girar, justo a las 19:47 horas de un martes 27 de junio del 2023.
Rumbo a la cima
Los nervios comienzan desde las escaleras, al comenzar a subir con rumbo a la góndola que te llevará hasta la cima.
Los trabajadores de este atractivo desde el principio te dan las recomendaciones, advirtiendo que la góndola puede balancearse de un lado a otro, pero es completamente normal.
“¿Estás preparado?”, pregunta una de las chicas encargadas de poner a bordo a los usuarios, mientras te abre la puerta y pide que subas con cuidado. Prácticamente tienes que subir mientras la rueda de la fortuna va en movimiento, aunque muy despacio para dar tiempo a que puedas ingresar sin ninguna complicación.
Mientras sube no falta el pensamiento: “¿y si se cae?”, “¿y si se abre la puerta?”, pero es normal, ya conforme va pasando el tiempo, tú mismo te controlas.
Una vez que llegas a la cima todo miedo desaparece y disfrutas del paisaje. Tampico en las alturas es incomparable.
Se aprecia la laguna del Carpintero, el parque Bicentenario alrededor de la misma; el Teatro Metropolitano, el Centro de Convenciones y Exposiciones, así como el majestuoso puente atirantado de Tampico.
SJHN