Mientras el fuego consumía lo que quedaba de una vivienda marcada por la controversia, un ser permanecía escondido entre los escombros: silencioso, inmóvil, cubierto de cenizas y miedo. Era Fénix, un perro que sin entender la violencia que lo rodeaba, se negó a abandonar su hogar.
El incendio ocurrió la madrugada del martes, en la casa de la familia señalada por la agresión al comerciante Misael. El inmueble fue atacado por un grupo de personas que buscaban justicia por mano propia. Pero entre los daños materiales, una vida seguía esperando ser salvada.
Vecinos del lugar alertaron que el perrito seguía dentro, y a pesar de que Protección Civil no reportó presencia de animales con vida, la asociación civil TAC Una Protección al Entorno A.C. insistió en corroborar los testimonios.
Gracias a la intervención de la Fiscalía General del Estado de Puebla, se autorizó el ingreso a la propiedad, y fue así como el equipo de rescate, acompañado por la Policía Municipal de Tehuacán, logró encontrar a Fénix.
El animal estaba deshidratado, con heridas visibles por quemaduras y en estado de shock. Permanecía acurrucado sobre un charco estancado, entre los restos de lo que fue una cocina.
No tenía relación alguna con los hechos violentos que rodearon a la familia con la que vivía, solo era una víctima más del entorno olvidado hasta por las autoridades, pero no por quienes decidieron actuar.
"Fénix no eligió su entorno ni la violencia que lo rodeó. Solo esperaba que alguien lo viera como lo que es: una vida digna de ser cuidada", declaró el equipo de TAC.
Actualmente, el perro recibe atención médica y emocional. Las heridas en su piel sanarán con el tiempo, pero el verdadero reto será restaurar su confianza.
El caso de Fénix se ha convertido en un símbolo de empatía y justicia para los que no pueden hablar, una historia que recuerda que en medio del odio y el caos, aún puede florecer la compasión.
La asociación agradeció a la Fiscalía de Puebla, al Instituto de Bienestar Animal y a la Policía Municipal por hacer posible el rescate, así como a todas las personas que decidieron no mirar hacia otro lado.
AAC