La Feria Intercultural del Café dio la bienvenida a sus visitantes con sus bordados coloridos, aquellos que le han dado identidad al Tenango de Doria, a Hidalgo, en donde se ofertan ya algunas prendas navideñas sin que el estilo y el sello único de este lugar se olvide, y mientras visitantes se iban encantando con los colores de las figuras, se tejió el aroma del café, que dirigió a las personas hacia la cabecera municipal.
Ahí, más de 250 productores de café se dieron vuelo en las mesas que se colocaron para exponer sus productos: desde café molido, en grano, plantas de café naturales, licor de café, dulces, pan, y demás productos que realizan manos hidalguenses, manos indígenas que se alegraron de tener un punto de venta, en el que no haya intermediarios, “porque son los que ganan”.
Pequeños productores
Virgilio García salió de Huehuetla a las 3 de la mañana este viernes, junto con su familia, compañeros productores del grano, para llevar plantas de café, dulces y también, plantas de vainilla que también crecen para adjuntarse a la producción.
Señala que, pese a que toda la familia ha contribuido a la producción del café, son pocas las personas que saben que, en un punto de este municipio alejado, se produce un grano único de donde sale un café con aroma, cuerpo y sabor únicos.
“Nosotros hemos producido café, pero el problema en el que nos hemos enfrentado es la enfermedad de roya, porque se echa a perder la producción y nosotros no sabemos qué hacer, así que apenas logramos iniciar otra producción con la planta que nos dieron que es resistente de la enfermedad.Este programa de Sembrando Vida podemos ir armando el vivero, por lo que fue un gran avance. Somos de Huehuetla y para nosotros es algo novedoso de que haya una oportunidad de poder promover nuestro producto de forma directa, porque nosotros estamos muy aislados y ese es problema para comercializarlo, que se den cuenta que allá producimos café y que alguien nos contacte para poder compre nuestro café”, dijo.
En este sentido, expuso que hay intermediarios “que se aprovechan de nosotros porque nos lo compran a un precio y ellos son los que se benefician, porque ya lo venden a otro precio y le ganan mucho”, indicó.
Propuesta
Para evitar esta situación, el delegado de los Programas del Bienestar en Hidalgo, Abraham Mendoza Zenteno, quien llegó a este municipio desde temprana hora, indicó que no es necesario que se conforme una dependencia, un instituto regulador, “lo más importante es fortalecer a las y los productores, ese es el objetivo principal de Sembrando Vida, porque en esta feria se está dando un valor agregado al café para que hagan a un lado a intermediarios y coyotes que, a veces se benefician de los productos primario, así que se encuentran aquí para que aprendan la diversificación de los productos que se puede realizar teniendo como base el café.
“Queremos ir mejorando la calidad de la producción, que se forme la capacidad para consumir el gusto de lo local y pensar en un futuro que estamos a nivel competitivo para poder vender en otros estados del país, o exportar”, indicó.
Apoyo municipal
Entre historias, conocimiento y experiencias entre productores que se compartían productos, se brindaba con copitas desechables de licor de café para sumarse a la causa, a una causa que involucra a todas y todos los productores que con su poco producto, sacan a la venta café de la mejor calidad, mismo que se vendió y que fue probado por las cientos de personas que acudieron a esta feria, que también respaldó el presidente municipal de Tenango de Doria, Erick Mendoza, quien se comprometió a ofrecer un programa integral para madurar este proyecto.
“Veo muy entusiastas a todos los productores y estaremos uniendo esfuerzos con proyectos que surgirán a través de Desarrollo Rural, por lo que implementaremos algunos programas que se complementen con el programa federal Sembrando Vida, hacer algo integral”, indicó.
Entre tenangos, bailes regionales y coronaciones, el aroma del café inundó el lugar, en donde también la gente de la comunidad se preparó para vender tamales, atoles, pan de elote, tacos de carnitas y demás, que se acompañó con café, el café hecho en la región Otomí-Tepehua, que, en los años 80, fue la década de mayor producción.