Entre arena, cal, grava, bultos de cemento, andamios, varillas, alambre y vigas, este viernes, los trabajadores de la construcción en Puebla festejarán su día. El 3 de mayo se conmemora el Día de la Santa Cruz, y se conoce más porque los albañiles acostumbran a colocar una cruz de madera adornada con flores y papel de china de diversos colores en lo alto de la obra en construcción, previamente bendecida en alguna iglesia donde acuden a dar gracias por su trabajo.
Los festejos incluyen comidas y bebidas en las obras, generalmente por cuenta del propietario o del contratista.
Para el maestro Jacinto Patiño, quien suma más de 50 años laborando en este oficio, lo más difícil fue aprender a interpretar los planos arquitectónicos.
"Me enseñó mi padre. Desde como los diez años me llevaba a las obras y ahí poco a poco fui aprendiendo a hacer todo lo que se requiere, hasta que ya me independice y fui agarrando mis propios trabajos por mi cuenta".
Reconoce que al principio aceptaba únicamente obras pequeñas, como ampliaciones o detalles.
"Un cambio o colocación de piso, subir una barda, hacer una cisterna, solo eso. La verdad es que tenía miedo, porque mi padre no me enseñó a interpretar planos y mi hermano mayor ya empezó a trabajar con arquitectos y me contaba que lo regañaban de que no entendía lo que le pedían (...) así estuvimos hasta que un arquitecto nos enseñó. Él fue muy buena gente y nos dio mucho trabajo".
Menciona que tiene 7 hijos, tres hombres y el resto mujeres.
"Todos ellos, los hombres, también son albañiles. Ninguno quiso estudiar. El mayor también fue maestro, ya murió; el segundo es cabo y el tercero ya casi es oficial".
En tanto, Carlos González Aguilar suma 22 de sus 38 años de edad dedicado a esta labor.
"(Me inicié) porque me gustó. Este fue el que escogí. Lo elegimos y pues ya. Me fui desempeñando, lo fui aprendiendo hasta que lo agarramos muy bien".
Apunta que uno de sus hermanos también se dedica a lo mismo y como careció de padre, fue un maestro en una obra quien le fue enseñando. "También uno va aprendiendo poco a poco hasta que llegue a ser maestro".
Originario de San Agustín Tlaxco señala que prefiere laborar en la entidad. "Cuando nos toca algo en México, nos da el arquitecto trabajo allá, también nos vamos para allá".
Hace una pausa para responder a la pregunta de si es reconocido su desempeño con un salario digno, "pues sí, dentro de lo que cabe, pues sí, más o menos".
Respecto a sus prestaciones sociales, da a conocer que siempre le han sido cubiertas, ya que ha laborado durante muchos años con la misma constructora.
Por su parte, Florencio N., narra que aprendió este trabajo por su padre y tíos, quienes le fueron enseñando los fines de semana, porque le obligaron a estudiar hasta la secundaria.