Éste es el segundo año consecutivo en que niños y niñas celebrarán su día en aras del quédate en casa y la sana distancia por la pandemia del covid-19. Anderson de cuatro años, es uno de ellos. A su corta edad entiende perfectamente por qué no podemos salir ni abrazarnos, ya no le sorprende.
Aunque en su casa se siente seguro y feliz, dijo en entrevista para MILENIO que extraña ir a la escuela a jugar con sus amigos y con Anita, su maestra. No tiene hermanos, solo juega con su mamá y como sucede en miles de hogares, ella es su cuidadora primaria.
El coronavirus forjó en los niños, hábitos y cuidados más estrictos, a algunos también les trajo nuevas responsabilidades, como a Natasha, quien a sus 8 años tiene la tarea de vigilar a su hermanita, Pau, en lo que mamá trabaja.
Mientras que Aarón, de 13 años, encontró un nuevo hobby: pasear perros, lo que le permite ejercitarse y ganar dinero sin exponerse a lugares concurridos, pues detalló que lo hace en horas de baja afluencia y lugares abiertos. Cada uno de ellos se adaptó a este escenario, pero no fue tan sencillo para otros.
A muchos niños aun les cuesta trabajo asimilar la situación, sobre todo si las condiciones en el hogar no son las adecuadas para su desarrollo emocional, académico y motriz. Otros tantos, gracias al amor y apoyo de sus cuidadores primarios, se adaptaron perfectamente.
De acuerdo con el Sistema Nacional de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes (SIPINNA), a dos de cada 10 niños entre 3 y 5 años, les pone triste su familia. A estas alturas del confinamiento, ya es posible saber con exactitud qué es lo que más resienten los menores.
El SIPINNA lanzó una convocatoria para conocer la perspectiva de los infantes frente a los cambios que trajo esta pandemia. Con un par de preguntas realizadas a la población entre 5 y 17 años, la encuesta “Crónicas de pandemia: para niños y niñas”, revela qué es lo que los pone tristes y qué les hace sentirse felices. Los datos que arrojó la dinámica entrañan aspectos de salud física y mental; cuidado y relaciones sociales; educación y aprendizajes; juego, recreación y violencias.
Frente a esta situación, mantener vivos los vínculos es un reto para el desarrollo de habilidades sociales de toda una generación, y son los menores entre 6 y 11 años los más afectados por la falta de constante y natural vida social, reveló SIPINNA. Mientras que los adolescentes, en su momento de vida con más autonomía, reponen esa falta con acceso a redes de comunicación como Instagram, Whatsapp o Facebook.
Altibajos emocionales
El confinamiento largo, la convivencia con las mismas personas, las medidas sanitarias y los cambios de rutina, aunados al estrés causado por desempleo y clases en línea; son factores de riesgo que vulneran la salud mental. Y se percibe en las respuestas dadas a la pregunta ¿Cómo te sientes en casa? A la que el 56 por ciento de niños entre tres y cinco años respondió “feliz” y el 33 por ciento, “triste”. De los menores entre seis y 11 años, el 45 por ciento dijo sentirse aburrido y el 28 por ciento, feliz.
El 69 por ciento de adolescentes entre 12 y 14 años, se sienten aburridos y el otro 46 por ciento, enojados. El 80 por ciento de los jóvenes entre 15 y 17 años, se siente estresado y el 42 por ciento, expresa felicidad. El Programa Nacional de Protección apuntó que las emociones positivas se derivan de actividades recreativas, juegos y convivencia con la familia; no obstante, las negativas provienen del estrés por la educación, particularmente las tareas.
Aarón recalcó que el aburrimiento lo orilló a buscar alternativas seguras, pues con la pandemia tuvo que suspender su formación en banda de guerra, donde era director de cornetas. Gracias a esta nueva actividad, él no pertenece al 20 por ciento de hombres entre 12 y 14 años que se sienten solos, o al 25 por ciento que se sienten tristes a diario. Estas cifras son superadas por el sexo femenino, pues el 41 por ciento de mujeres comprendidas en el mismo rango de edad afirman sentirse tristes a diario y 30 por ciento, solas.
Aunque no se sabe cuánto durará esta emergencia sanitaria, conforme Aarón crezca quizá se sienta más estresado si nos encontramos en la misma situación, ya que la tendencia a las emociones negativas aumenta con la edad, reveló SIPINNA. Por eso, en este confinamiento, ha sido crucial para ellos tener al menos a una persona con quien hablar sobre cómo se sienten.
Si están tristes o felices, ¿a quién se lo platican?
Como hemos mencionado anteriormente, la mamá es el primer adulto de confianza para ellos; Anderson y Natasha pertenecen a los ocho de cada 10 niños entre seis y 11 años, que tienen más cercanía con ella, al igual que 5 de cada 10 adolescentes entre los 12 y 17 años. La segunda persona con quien hablan sobre sus emociones es el padre, seguido de los abuelos.
Aunque también hay que visibilizar que dos de cada 10 menores no comparten su sentir con nadie. Este problema es más notorio en aquellos adolescentes que no se identifican con ningún sexo, pues de ese 20 por ciento, son cuatro de cada 10 jóvenes entre 15 y 17 años de edad los que se encuentran en esta situación. Mientras que otros 3 son hombres del mismo rango de edad que debido a la ausencia de figuras masculinas en casa deciden no expresarse, ya que el padre de familia muchas veces no interviene en la crianza ni labores del hogar, o no está presente.
Atender la recomendación de quedarse en casa generó estrés en las familias y acentuó en muchas de ellas actitudes previas como peleas, golpes, discusiones, etc. Por eso, muchos adolescentes no desean estar en casa, un gran número reportó que viven peleas prácticamente a diario e incluso presencian golpes. Ocho por ciento (50 mil 739 NNA) acusaron peleas en casa; cinco por ciento (33 mil 657 NNA) discusiones entre familiares; 2.8 por ciento (19 mil 149 NNA) quisieran salir para no estar en casa y 1.2 por ciento (7 mil 937 NNA) ven golpes.
A través de esta encuesta los niños expresaron sus propuestas para una pandemia más llevadera, sin estrés ni tristezas:
- *Que no dejen tanta tarea, regreso a clases presenciales y ayuda para organizar su tiempo.
- Solicitan que se les brinden espacios para divertirse y que la gente mantenga pensamientos positivos.
- Que sigamos las medidas sanitarias.
- Mantener vínculos con quienes se sienten protegidos, particularmente la familia.
- Y promover actividades que los hagan mejorar en lo que hacen y desarrollar habilidades.
ledz