Una niña vestida de blanco y vivos tricolores camina con una bolsa de tostadas en cada mano, detrás de ella su mamá la vigila mientras carga bolsas con tomate, cebolla y algunos arreglos alusivos al mes patrio.
En el café La Victoria, ubicado en la plaza de Armas, suena el mariachi loco que ameniza el caminar de los niños que salen de la primaria Gajá, vestidos de mariachis, de Miguel Hidalgo o hasta playeras de la selección Mexicana, ya que tras dos año debido al covid-19, no habían podido convivir entre alumnos en la escuela.
Sobre la calle Carranza, frente a Catedral, se instalan puestos bajo carpas blancas, entre la ida y vuelta de los peatones, el olor de cebolla recién picada te lleva a voltear a los puestos que rodean la plaza principal del puerto jaibo.
Una señora pide un cubrebocas de la bandera de México y un moño en uno de los puestos de la calle Salvador Díaz Mirón que es peatonal, que por cierto, todos los pequeños negocios tienen clientes.
El ciudadano busca la falda mexicana, las banderas, las playeras y la pintura de cara, dicen los comerciantes que se preparan para la noche mexicana.
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La lluvia es leve en Tampico pese al cielo gris intenso, pero eso no impide que la gente salga a hacer las compras de pánico, que se demuestra en el mercado, donde dos grupos de policías caminan entre los clientes.
Todas las compras, o la mayoría, son de artículos relacionados a la cena de Independencia, ya que las familias adquieren todo lo relacionado a la cena de Independencia, para la fiesta, que ha aumentado la venta hasta 40% de un día normal.
“La gente prefiere venir a comprar los ingredientes para preparar en sus casas la comida mexicana, que comer en el mercado, pero sí se nota más afluencia", dijo Gloria Zubieta, representante de los locatarios del centro de abastos.
VLSS