El desarrollo de un modelo flexible es la clave para que la educación a distancia, híbrida y en sus diferentes modalidades brinde resultados en medio de la pandemia, explicó Juan Pablo Murra Lascuráin, rector de Profesional y Posgrado del Tecnológico de Monterrey.
Destacó que el entorno que generó la pandemia del covid-19, mostró que el aprendizaje es continúo y que los modelos educativos tienen que adaptarse para apoyar a los estudiantes, quienes presentan diferentes características.
“El aprendizaje basado en retos es la piedra angular, expone al alumno a problemáticas reales, contextualiza el aprendizaje, ayuda a que el aprendizaje sea transversal y que sea multidisciplinario y le permite conectar con su entorno (…). Nos dimos cuenta que es importante jalar la flexibilidad al inicio, de tal manera que el alumno pueda experimentar, tratar elementos diferentes dentro de su disciplina y de otras disciplinas para diseñar su trayectoria de aprendizaje”, apuntó.
Durante su participación en el Congreso Internacional de Innovación Educativa (CIIE 2020), encuentro organizado por el Tecnológico de Monterrey que este año se desarrolló en formato virtual, Murra Lascuráin resaltó la importancia de implementar principios como la empatía, la colaboración, la resiliencia, la creatividad, la solidaridad y la transparencia.
“Es importante la infraestructura, pero, sobre todo, el diseño de los procesos pedagógicos. Un pensamiento innovador es fundamental, atreverse a hacer cosas nuevas. Tratar de no mimetizarnos, hay mucho muy innovar, hay mucho por inventar. Tratar de aprovechar la tecnología que hoy tenemos. Rompimos muchos paradigmas ahora que nos fuimos en clases en línea y hay cientos de millones de alumnos aprendiendo de forma diferente y profesores enseñando de forma diferente”, apuntó.
Respecto a los cambios que se avecinan en las universidades, el directivo del Tecnológico de Monterrey destacó que se acelerará la colaboración entre las instituciones de educación superior para enfrentar los nuevos retos.
“Tenemos que hacer ajustes, sobre todo, en el cuidado del tiempo de los profesores y de los alumnos. Hay mucho por hacer, estamos viendo grandes posibilidades que como instituciones académicas y como sociedad podemos hacer en cuanto a innovación en la educación”, apuntó.
En su participación, Ángel Cabrera, presidente del Georgia Institute of Technology, resaltó la importancia de que, en los procesos educativos, se tomen en cuenta los Objetivos de Desarrollo Sostenible planteados por la ONU para 2030.
“La innovación requiere una gran dosis de liderazgo y que ha que poner mucha presión en las organizaciones para innovar y lo que se debe hacer es aplicar una manera diferente de pensar”, explicó.
Por su parte, Angela Duckworth, CEO y fundadora de Character Lab, presentó: “How and Why to Develop Character”, propuso impulsar el desarrollo de las fortalezas del carácter o habilidades socioemocionales para que los niños y jóvenes cuenten con la posibilidad de experimentar una educación de calidad y convertirse en agentes de cambio.
“Para una formación integral, los jóvenes necesitan desarrollar fortalezas de corazón, mente y voluntad como la gratitud, la curiosidad, la honestidad, la gratitud, el propósito de autocontrol y la proactividad”, destacó.
MPL