Ante los problemas que viven los trabajadores, se requiere la implementación de esquemas de flexibilidad laboral para mejorar la calidad de vida de los colaboradores y aumentar la productividad de las empresas e instituciones.
Gabriela Fernández Armenta, maestra en Administración por la Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), la afluencia de diferentes generaciones en los centros de trabajo es uno de los principales factores que se requiere tener en cuenta para implementar medidas que se traduzcan en mejoras.
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“Cada vez más empresas ven la necesidad de colaborar para mejorar la calidad de vida de sus trabajadores; las nuevas generaciones que se van integrando a la fuerza laboral han manifestado cierta antipatía a pasar demasiadas horas y días a la semana encerrados en sus centros de trabajo, especialmente cuando ya han realizado sus actividades del día y tienen que permanecer en sus oficinas para cumplir las horas por las que han sido contratados, perdiendo o sacrificando la oportunidad de seguir preparándose, dedicar tiempo a sus familias o realizar actividades de su interés”, resalta el análisis.
La realidad en estados como Puebla y, en general, en todo el país, muestran que se llegó a un punto en el que es necesario empezar a adaptar los mecanismos de trabajo para brindar mayores oportunidades a quienes ya se encuentran laborando y así facilitar la integración de las nuevas generaciones que se unen a la fuerza laboral nacional, teniendo en cuenta que no sólo las brechas generacionales influyen, sino también la mentalidad propia de la cultura.
En la actualidad, la flexibilidad laboral se relaciona con un modelo de trabajo que puede ser acordado entre empresa y trabajador, con el objetivo de atender las necesidades de los colaboradores fuera del ámbito de su espacio laboral.
“Es importante comprender la mentalidad de cada grupo y así encontrar la manera más adecuada de abordar el tema de manera tal que permita una mayor tasa de aceptación y éxito en su implementación”, destaca el análisis.
El estudio destaca que implementar alguna política de flexibilidad dentro de las empresas no necesariamente se tiene que limitar a las áreas administrativas de organizaciones que prestan algún servicio, se pueden realizar estudios de viabilidad para determinar si alguna otra industria o sector puede beneficiarse de los esquemas flexibles de trabajo. El análisis resalta que poder implementar cualquier opción de flexibilidad se tendrá que ponderar si las actividades o sector al que pertenece la empresa permite que esto sea viable, pues quizá se requiera que varias empresas trabajen bajo el mismo esquema o se coordinen de una manera adecuada para que se obtengan los resultados de motivación y desempeño, eficaz y eficiente, que se esperan.
“Una política de flexibilidad potencialmente mejoraría la calidad de vida de empleados y optimizaría su desempeño, al mismo tiempo las empresas se beneficiarían al retener a personal eficiente y aumentarían su productividad”, destaca el análisis.
En el país, se tienen los medios para llevar a cabo las acciones necesarias que permitan mejorar no solo la calidad de vida de los trabajadores sino la productividad de las empresas, y con lo anterior ser factor de cambio para aliviar, aunque sea en una pequeña proporción, los problemas que, actualmente, se presentan.
AAC