La fuente de los muñecos, ubicada en el barrio de Xonaca, en la ciudad de Puebla, se convirtió en un punto turístico por su historia, tinte colonial y las casas rústicas que la rodean. A decir de los habitantes; las risas de un par de niños se escuchan cada madrugada, lo que atrae a los turistas a este lugar en el que dejan monedas y caramelos.
En entrevista para MULTIMEDIOS Puebla, el vecino, Alberto Ramos, relató que sus abuelos le contaron por primera vez la historia de la fuente ubicada en la calle 22 Oriente y 18 Norte, misma que es muy llamativa debido a que dos niños en escultura es lo que más resalta.
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Cuenta la leyenda que anteriormente, se le conocía como el "Barrio de los Catrines", ya que albergaba casas de descanso de familias de abolengo, entre los residentes se encontraba el ex gobernador de Puebla, Maximino Ávila Camacho, quien tenía su vivienda en la zona.
Un caballerango de la propiedad tenía dos hijos: una niña y un niño, de seis y siete años de edad, una mañana cayó una lluvia torrencial y los hermanos salieron de su casa para ir a la escuela; sin embargo, nunca llegaron a su destino.
Su padre salió en su búsqueda con un grupo de los vecinos, pero no hallaron a los menores. Con dolor y resignación todos dedujeron que cayeron en un pozo de agua aledaño a la propiedad del general Ávila Camacho, pero los cuerpos de los niños jamás fueron encontrados.
Maximino Ávila Camacho ordenó que se construyera una fuente con un pedestal de azulejos de talavera en honor a los hermanos desaparecidos, misma que todavía permanece en la zona y es lo emblemático de este barrio.
"Me siento privilegiado, porque ya despúes de unos años de vivir aquí en el barrio pues mucha gente viene a visitarla y como ustedes nos pregunta ¿que ha pasado en todos estos años? vienen la visitan les dejan las monedas, los dulces que ya es como una tradición aquí en el barrio", dijo el vecino, Alberto Ramos.
Solicitan mantenimiento a la fuente de los muñecos
El estrago de los años ya se visualiza en los azulejos y en la piedra de la fuente, de igual forma en los detalles de las esculturas de los pequeños. La menor porta un vestido amarillo con estampado, un libro en su brazo derecho y unas largas trenzas, el varón tiene un jumper azul, camisa blanca y zapatos negros.
"Se pasa mucho tiempo la fuente con la misma agua y, pues, ya huele feo o ya se ve mal, le hace falta un poco de limpieza e iluminación", dijo don Alberto.
AAC