Fuerza Aérea inicia bombardeo de nubes para recargar con lluvia el sistema Cutzamala

Si la nube es bombardeada antes o después, la operación podía fracasar. “Se trata de darle el pequeño empujoncillo que le falta a las nubes para que pueda precipitar una mayor cantidad de agua”.

Bombardeo por sequía. Fotos: Jesús QUinatanr y Amilcar Salzaro
Ciudad de México /

El King Air 350i de la Fuerza Aérea Mexicana (FAM) está listo para volar a 35 mil pies, adentrarse literalmente en una nube cumulonimbus, y esparcir yoduro de plata con acetona. 

La aeronave con matrícula 5213 despegó este miércoles de la Base Aérea Militar. │ Amilcar Salazaro

La misión: surcar el cielo, estimular las nubes y recargar el sistema Cutzamala con lluvia, el primer bombardeo de nubes de la temporada, y el primer vuelo de este tipo en el Valle De México, al que MILENIO tuvo acceso.

 

“Es un vuelo que no es muy cómodo, sobre todo por las condiciones
meteorológicas, la turbulencia puede llegar a ser fuerte.
 “Todo el tiempo volar en condiciones meteorológicas adversas y para eso utilizamos las reglas de vuelo por instrumentos”, reconoce en entrevista el Capitán Segundo de la Fuerza Aérea Mexicana Amaury Estrella, perteneciente al Escuadrón 702.
 Los meteorólogos hacen un análisis previo para determinar el momento justo y el lugar exacto: un polígono ubicado entre el Estado de México y Michoacánpara ayudar a surtir los embalses que conforman el sistema. Y es que a decir de los expertos, debe haber “condiciones favorables para la estimulación de la lluvia”.
Aeronave ante bombardeo. │ Amilcar Salazaro

Y así fue, la aeronave con matrícula 5213 despegó este miércoles de la Base Aérea Militar número 1 en Santa Lucía para realizar una operación de riesgo controlado.

Y cómo si se tratara de un cirujano del aire, el Capitán de la aeronave, esquivó viento, granizo y hielo, para colocarse en las orillas de la nube, romperlas con las alas y soltar el líquido que se presume ayudará a inducir la lluvia.

La misión del Escuadrón 702 no fue sencilla, pues había que volar contracorriente, en el momento exacto, y antes de que comenzara a precipitar, en un recorrido de casi dos horas de turbulencia.

Piloto de bombardeo. │ Jesús Quintanar

Para que se den las condiciones -explica el Capitán Segundo Ricardo Torres, meteorólogo también de la FAM- “tenemos que tener más del 60 por ciento de humedad, analizar dirección e intensidad del viento para que donde queramos caiga la precipitación, que caiga y no haya un arrastre o caiga en otro estado,

por ejemplo”. 

 

“Debe de haber una formación de un Cumulonimbus, ya en su fase de desarrollo para poder soltar la sales que en este caso…y el yoduro de plata atrape las partículas de vapor de agua y se puedan formar las gotitas de agua y alcancé a precipitar. 

 

Y es que si la nube es bombardeada antes o después, la operación podía fracasar. “Se trata de darle el pequeño empujoncillo que le falta a las nubes para que pueda precipitar una mayor cantidad de agua”, agrega el capitán Torres.

El reactivo, fabricado por la firma Startup, en coordinación con la Secretaría de Agricultura, es arrojado por personal de la empresa que se encarga de abrir la llave de los tanques y lanzar la solución por un aspersor colocado al final de la aeronave, en una tarea que se realiza en coordinación con la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) desde 2020, con resultados positivos en entidades como Baja California, Tamaulipas, y Nuevo León.

Ala de avión de bombardeo. │ Amilcar Salazaro

Para lanzarlo, explica, “nos basamos en pronósticos que nos da meteorología”. “Nuestro trabajo es bajar más agua, porque hay veces que estamos a 60 por ciento y decimos va a llover. Sí es cierto, pero dice que va a llover 3 mm de

agua.

 

“Y si nosotros inducimos la nube, puede que caiga el doble o el triple, normalmente andamos entre 25 y 60 por ciento arriba de esos pronósticos”, explica Luis García, ingeniero agrónomo de esta firma.
Una vez arriba, el polígono es rodeado por este avión multi propósito. │ Jesús Quintanar


Por la mañana, fue leído el Briefing de vuelo y fue la FAM la que dio luz verde para dar inicio a la misión. 

Una vez arriba, el polígono es rodeado por este avión multi propósito. Una operación aérea  que implica volar entre fuertes vientos y el riesgo de que se forme hielo en las alas.

En esta ocasión la aeronave cumplió, y las nubes se agruparon para cambiar de posición, dejando una tormenta a la distancia.

Se estima que la inducción de nubes puede duplicar los parámetros de lluvia común, y que sirva como alternativa para contrarrestar la sequía en el valle de México.

Hay confianza y seguridad para volar; “Estamos listos para empezar este año, todo va a salir muy bien como en años anteriores, y pues estamos para eso, para servir”, advierte el Capitán Estrella.


HCM


  • Amílcar Salazar Méndez

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