La agenda climática mundial pidió en 2019 a los gobiernos reducir las emisiones de la industria contaminante mediante la eliminación gradual del uso de combustibles fósiles.
En México, la generación de electricidad y la refinación de petróleo son las principales fuentes emisoras de combustóleo o residuos que deja el proceso de creación de gasolina, gas y diésel.
Actualmente en Hidalgo, el 80 por ciento de la generación que se produce en la Planta Termoeléctrica de la Comisión Federal de Electricidad en la ciudad de Tula se da con uso de combustóleo que se obtiene de la refinería Miguel Hidalgo.
Se trata de un residuo de la producción de un barril de petróleo altamente contaminante que al ser quemado suelta partículas que respira la población en radio de 100 kilómetros a la redonda.
Adrián Fernández, director ejecutivo de Iniciativa Climática de México, afirma que Tula es hoy un gran peligro para la salud y el medio ambiente.
“Este tipo de fuentes, las termoeléctricas y la refinería, sus emisiones contaminantes, está demostrado que tienen un impacto negativo en un radio mayor a 100 kilómetros, y como estas fuentes se encuentran ubicadas viento arriba de la Cuenca Atmosférica del Valle de México, pues lo que se dice es que hay una fumigación permanente de las emisiones que salen por las chimeneas y por los procesos de combustión”.
Como integrante del Observatorio Ciudadano de la Calidad del Aire que opera en la Megalópolis, Fernández Bremauntz, coincide en que la región de Tula padece un problema crónico, de décadas y que puede incrementarse si se lleva a fondo el plan de poner en marcha al 100 por ciento las 6 refinerías con las que cuenta el país.
“El riesgo en política pública es que hay una intención de que se incremente en todo el país la capacidad de refinación y entre más se refina petróleo más residuos se generan, en promedio en la 6 refinerías que hay en México se genera un 25 por ciento de residuos por cada 100 unidades que se introducen al proceso de refinación, una cuarta parte del petróleo resulta en residuo”.
Reconvertir a gas natural
“Había una tendencia desde hace más de 10 años a nivel nacional de ir eliminando las plantas de generación eléctrica que operaban a combustóleo, pero pasó que había que eliminarlo porque era mucho más costoso utilizarlo que emplear gas natural, esto desde hace más de una década se sabía. Si analizamos la matriz de cómo está la generación de energía del país y cómo ha evolucionado vamos a ver la disminución del uso del combustóleo en varias de las plantas”, comenta Adrián Fernández en relación a que la agenda global va orientada a dejar de quemar combustóleo para la generación de electricidad.
Según sus investigaciones, una planta de combustóleo produce mucho más dióxido de carbono por cada unidad de electricidad producida.
“Es más caro el combustóleo, contamina a los sistemas y a la salud, causa morbilidad y mortalidad, enfermedades y muerte prematura y emite mayor cantidad de dióxido de carbono, por todas estas razones es que se había venido dando la reducción paulatina”.
El especialista y biólogo explica que el gas es el más limpio de los combustibles fósiles y el gas natural emite al quemarse mucho menos contaminación que el combustóleo, emite óxido de nitrógeno pero no produce emisiones de dióxido de azufre, no tienen alto contenido como sí el combustóleo, y tampoco al quemarse no produce la cantidad tan grande de partículas de hollín, de carbón negro, y justamente las partículas finas que afectan el sistema respiratorio, son de los más dañinos para fines de calidad del aire.
Cuenca Atmosférica del Valle de México, refinería y la termoeléctrica
Los habitantes de Tula sufren los mayores impactos, la contaminación se presenta en mayores concentraciones en la medida en la que están más cerca de la fuente.