La Fundación Jenkins, considerada como una de las instituciones benefactoras más importantes del país, acumula en seis décadas más de una centena de proyectos patrocinados con recurso económico desde la construcción de hospitales y escuelas en el país, complejos museográficos, reconstrucción de comunidades afectadas por sismos, y de manera reciente, labores de atención y protección de la ciudadanía frente a los embates de la pandemia de covid-19.
Fue constituida en 1954, por el empresario estadounidense William Oscar Jenkins en honor a su esposa, Mary Street Jenkins, con el objetivo de apoyar el bienestar en diversas áreas del convivir humano: educación, cultura, salud, deporte y asistencia social.
Con el paso del tiempo, la fundación se convirtió en una de las principales instituciones de asistencia y donatarias al grado de influir en políticas de gobiernos locales y del extranjero.
De acuerdo con el sitio fundacionjenkins.org, la institución apoyó desde sus inicios el desarrollo de infraestructura educativa, desde una Escuela Hogar para Ciegos, el Centro Escolar Niños Héroes de Chapultepec, el Colegio Americano, Ciudad Universitaria de Puebla, así como la Universidad de las Américas Puebla.
Aparece entre las principales instituciones de asistencia que aportaron a la construcción del Seminario Diocesano de Puebla, Cruz Roja, Clubes Alpha, la edificación de la Basílica de Guadalupe, en la ciudad de México; apoyos al sector salud como el Instituto Nacional de Cardiología y el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán.
Resalta su aporte a obras de agua potable para comunidades rurales, restauración de diversos monumentos históricos y artísticos; donativos a los damnificados de sismos e inundaciones en los estados de Puebla, Guanajuato y Veracruz.
Teresa Bonilla Fernández, investigadora de la Facultad de Economía de la Universidad Autónoma de Puebla, describe en “Las bases históricas para una biografía de William Oscar Jenkins” al empresario como uno de los personajes que más aportó al desarrollo de esta región.
Refiere que Guillermo Oscar Jenkins a la edad de 23 años llegó a México en 1901, procedente de Estados Unidos, para trabajar como ferrocarrilero y después como empleado de la industria textil.
Al paso del tiempo se convirtió en el principal empresario del ramo de la calcetería, de la industria azucarera, y del cine, lo que lo llevo a involucrarse en el poder político y en la toma de decisiones de carácter económico en el país.
El apellido Jenkins aparece en distintos lugares de Puebla por sus diferentes aportaciones como recintos culturales.
Actualmente los integrantes de la familia Jenkins enfrentan una disputa por el manejo de los recursos de la fundación creada hace más de 60 años.
Por un lado, Guillermo Jenkins de Landa, integrante de la familia, solicitó a través de sus abogados, se revise la operación de la Fundación Mary Street Jenkins bajo el argumento de que se desviaron recursos económicos.
AFM