La cadena de gimnasios Empire Fitness, en Puebla, organizados por su propietario Sergio Angello Ávila y el especialista Orlando Bretón, crearon un banco de alimentos para apoyar a las familias que por la pandemia carezcan de recursos y requieran apoyo.
Diana Morales, gerente de la sucursal de la 31 Poniente 3107, explicó que la idea de crear este banco surgió por las condiciones de pobreza y desempleo que enfrentan los poblanos.
“Se compartió en redes (sociales) para pedir el apoyo de la comunidad y que nos ayudaran para que este siguiera y así proporcionar alimento (…) lamentablemente empezamos a recibir al principio donaciones de la comunidad que sí se unió a la causa y conforme se alargó dejamos de recibirlas. Incluso, llegamos a pensar en quitar el banco y con el apoyo del doctor Bretón se unieron a la causa extranjeros”.
Este impulso les permitió continuar con las operaciones y al banco se entrega atún, sopa en pasta, frijoles, arroz, azúcar, leche para niños, aceite, agua embotellada y hasta tortillas de maíz. Explicó que en apoyo a la comunidad y gracias a los amigos del galeno, se realiza una labor importante.
“Es importante que la comunidad venga y done así como nosotros donamos. Afortunadamente, ya se unió más gente y seguimos recibiendo alimentos y es por eso que podemos ayudar. Mientras haya recursos y donación, ya sea por parte de la gente de la comunidad o de extranjeros, empresas, lo que sea, vamos a seguir”.
Contó que de lunes a viernes “llegan a venir hasta 200 personas en el horario que tenemos, que es de las 9 a las 11. Se forman y les pedimos que respeten la sana distancia (…) el paquete está integrado por alimentos básicos”.
Enfatizó que la entrega es gratuita y se cuida que sea por cantidades por igual: “No estamos viendo condiciones ni nada”.
Por su parte, Orlando Bretón informó que este proyecto suma tres meses y es reflejo de un trabajo en equipo junto con Sergio Ávila: “Aquí la palabra ‘yo’ no existe. Fue con el propósito de activar a la gente de que se uniera a esta causa y que se proveyera de alimento a la gente”.
Tras agradecer el apoyo de quienes respondieron al llamado, lamentó que llegue poca ayuda pese a lo esperado, sin embargo, “gracias a mis amigos y pacientes de Alemania, Rusia y Rumania, nos están viniendo a ayudar con donativos para la gente que más lo necesita y no solo eso, sino que se comprometieron a invitar a sus amigos de sus respectivos países”.
Por último, narró que hace días, una persona se comunicó con él para ofrecerle apoyo. “En la charla me ofrecí a ir por los alimentos, me dio la dirección y al llegar, descubrí que era una vivienda modesta en una colonia marginal. Salió el señor de unos 65 a 68 años de edad, me invitó a pasar y sobre una mesa tenía una caja con comestibles. Me dio la mitad, lo que en un principio rechacé, pero él me dijo que se lo habían donado y que si él podía vivir con la mitad lo justo era que la otra mitad la compartiera”.
mpl