La federación debe salir a dar la cara y no evadir su responsabilidad para solucionar el conflicto que pobladores de San Mateo Cuanalá mantienen con la embotelladora de agua Bonafont por el cierre de su pĺanta en Puebla, aseveró el gobernador Miguel Barbosa Huerta.
En conferencia de prensa, el mandatario dijo que su gobierno será intermediario con los 150 empleados de Bonafont que este jueves se manifestaron afuera de Casa Aguayo en protesta por el bloqueo que pobladores de Cuanalá y activistas del agua mantienen a su fuente de empleo.
Sin embargo, demandó a la delegación en Puebla de la Secretaría de Gobernación (Segob) federal y a la Comisión Nacional del Agua (Conagua) para que solucionen esta problemática toda vez que esas dependencias expidieron la licencia de funcionamiento de la planta.
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Barbosa señaló que su gobierno servirá "de intermediario y de amables componedores", pero descartó utilizar a las fuerzas de seguridad pública para desalojar el plantón que impide el regreso de la planta de Bonafont en Puebla, aunque teme una confrontación entre los trabajadores de la embotelladora y los pobladores.
"Yo no voy a accionar por la fuerza ninguna apertura de la planta, con policías, no, es un asunto de la federación con sus posibilidades coercitivas".
Fue el pasado 22 de marzo cuando pobladores de San Mateo Cuanalá y activistas del colectivo Pueblos Unidos bloquearon las operaciones de la planta de Bonafont en Puebla, ubicada sobre la carretera federal México-Puebla, alegando que trafica con el agua de la región y ya provocó la sequía de los mantos acuíferos.
También se responsabilizó a Bonafont por provocar el socavón en Santa María Zacatepec, acusación que a la fecha no ha podido ser comprobada por ninguna autoridad o institución científica.
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