La historia del Gremio Unido de Alijadores se remonta al año de 1911, cuando en México nace, crece y se desarrolla el movimiento portuario de Tampico, con la importación y exportación de mercancías que demandan una mayor carga y descarga de barcos en el muelle fiscal.
Este 28 de junio se cumplen 110 años de ese día emblemático que marcó a los movimientos obreros de México porque fue punta de lanza para lo que después sería el sindicalismo.
Todo empezó porque después de la Revolución Mexicana que supuestamente había traído condiciones igualitarias para la sociedad, persistían las inequidades. Parte de estas profundas diferencias era la injusticia que enfrentan los trabajadores portuarios contratados por la empresa Casa Roweley y Cía. que pagaba salarios por debajo de lo estipulado.
Esta compañía concesionaria del servicio de maniobras, administraba de manera exclusiva todo lo relacionado con la carga y descarga de mercancías de los barcos que llegaban al puerto y pagaba entre $1.25 y $1.50 por jornada de 12 horas, hasta $2.60 en muelles y $3.00 a bordo de los navíos.
Los obreros estaban cansados de las arbitrariedades de sus patrones, por lo que exigieron un cambio que los beneficiara de manera inmediata y se lanzan a la huelga. Uno de sus compañeros asume el liderazgo de la causa y se enfrenta a los directivos de la empresa para reclamar sus derechos, que terminan por ser reconocidos.
Ese trabajador era Isauro Alfaro Otero, quien junto con un grupo de obreros funda poco después, un 28 de junio de 1911, el Gremio Unido de Alijadores (GUA), que operó de manera ininterrumpida durante más de 100 años y le dio un gran impulso al desarrollo económico, social y educativo de la ciudad.
A partir de la creación del gremio, Roweley dimensiona la fuerza de la agrupación e intenta comprar a su líder, sin éxito.
Para 1922, el GUA se transforma en una Sociedad Cooperativa de Responsabilidad Limitada, con un capital inicial de 33 mil 158 pesos con 23 centavos, sin embargo, se requería una mayor inversión económica para poder generar trabajo y beneficios.
Tuvieron que pedir un préstamo bancario de 100 mil pesos que fueron amortizados mediante pagos mensuales de los remanentes de las maniobras marítimas en operaciones comerciales.
Grandes logros se fueron dando, por lo que atrajeron la mirada de otros gremios de países como Perú, Estados Unidos e Inglaterra cuyos representantes vinieron a México para ser asesorados. En territorio nacional, los Alijadores de Veracruz también les pidieron apoyo.
En la zona, también se acercaron a ellos grupos como los petroleros del Sindicato de Obreros y Empleados de “El Águila”, la Pierce Oil Co. y de la Imperial, así como organizaciones de panaderos, carreteros, aseadores de calzado y estibadores.
El crecimiento fue impresionante. El GUA contribuyó en la construcción de los muelles de cítricos, de metales y de minerales e inició la escollera norte, que actualmente es el paseo de playa Miramar, narra el historiador tamaulipeco, Francisco Ramos Alcocer.
Menciona que el primer edificio que construyeron se ubicó sobre la calle Aurora en la zona centro de Ciudad Madero, posteriormente se movieron a una edificación de madera de dos pisos y un mirador, localizada en la colonia Tinaco del mismo municipio.
Este inmueble fue misteriosamente incendiado en enero de 1914 durante el ataque de los Carrancistas, lo que obligó la construcción de un nuevo recinto en el puerto de Tampico.
La contribución del Gremio dejó huella en la zona, se afirma que fue esta organización quien financió el hospital civil Carlos Canseco de Tampico, la escuela primaria Isauro Alfaro de Madero y la Prevocacional.
Tenían una tienda cooperativa con la que ayudaban al pueblo mediante precios accesibles de productos básicos y en donde las ganancias obtenidas sirvieron también para financiar más proyectos, como el entubamiento de agua para abastecer del servicio a las familias.
En 1929, los alijadores procedían a inaugurar su nueva sede en el marco del 18 aniversario de su creación como gremio. Pero a este momento llegaron con la pérdida de su dirigente, quien había sido asesinado en un mitin de la plaza que hoy lleva su nombre en la urbe petrolera.
Isauro Alfaro Otero fue víctima de un obrero que después de saludarlo, le dispara en cinco ocasiones y termina apuñalándolo. Nunca se supo el móvil del crimen, siempre fue un enigma la saña con que fue cometido.
Muere el rey, viva el rey. Tras el deceso del personaje, llega don Gerardo Gómez Castillo, uno de los fundadores y con él resurge el Gremio Unido de Alijadores, llevando a Tampico a ocupar el primer lugar en movimiento portuario.
Para el 1 de junio de 1985, el gobierno de México cede al Gremio Unido de Alijadores la creación del puerto de Altamira, que contaba con maquinaria portuaria de primera y personal calificado.
Ramos Alcocer comenta que desde la creación del GUA se trabajó bajo un clima de tranquilidad y progreso, que se tradujo en grandes beneficios para los trabajadores, pero esto duró hasta agosto del 2010, cuando ya no fue posible renovar el contrato con las APIs.
Miles de obreros se quedaron sin trabajo en los puertos de Tampico y Altamira, luego de que el GUA ya estaba en quiebra y no pudo cumplir las condiciones para volver a prestar el servicio de carga y descarga.
Empezó un calvario para los alijadores, quienes reclaman hasta la fecha su liquidación, luego de denunciar penal y laboralmente a quien fuera entonces el presidente del Consejo de Administración del GUA, Jesús Ramón Martínez del Ángel, quien cometió un millonario fraude al gremio, caso que sigue abierto hasta ahora. El 2 de octubre de 2012, Martínez del Ángel fue detenido y liberado en menos de 24 horas pagando una fianza de 81 mil 177 pesos.
En todo este tiempo, muchos alijadores han fallecido sin ver que se haga justicia y recibir lo que por derecho les correspondía después de entregar su vida trabajando día y noche en el muelle.
Incumplieron lo comprometido
Don Gregorio, quien fuera trabajador adherido al Gremio Unido de Alijadores, recuerda que ya son muchos años desde que perdió su trabajo por una mala administración.
En la actualidad llega a sentarse en la plaza Isauro Alfaro, para evocar a aquel hombre visionario que los llevó a ser reconocidos por su eficiente trabajo a nivel internacional.
Relata que el GUA fue la primera cooperativa de estibadores de México, pero se vio condenada a desaparecer luego de que la API determinó que ya no podía operar por insolvencia e incumplimiento de las condiciones que se le impusieron.
En 2014, se seguía intentando volver a prestar los servicios en el muelle de Tampico, pero el entonces director de la API, Jorge Rojo de la Vega, informó que no se había cumplido el 90 por ciento del convenio firmado con la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), que les dio una última oportunidad para operar.
En ese documento, al gremio se le condicionó a saldar sus deudas con el Sistema de Administración Tributaria (SAT), el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y el Instituto del Fondo Nacional para la Vivienda de los Trabajadores (Infonavit), por montos de 52, 32 y 34 millones de pesos, respectivamente, además de garantizar una inversión anual de un millón de pesos en equipos de carga y descarga.
Sin embargo, no se logró concretar, por lo que las instancias federales hicieron lo necesario para mantener a flote el movimiento portuario y no parar la carga y descarga de mercancías de aquellos barcos que llegaban de manera regular por las exportaciones e importaciones al sur de Tamaulipas.
Por si no sabias...
“El muelle rojo”, la película del GUA
Fue tanto su poder económico que los líderes del GUA mandaron realizar una película que lleva el nombre de “Muelle Rojo”, como un homenaje a los fundadores del Gremio y al responsable del cooperativismo en México, Isauro Alfaro Otero.
El cronista porteño, Josué Picazo Baños señala que la filmación inició el lunes 2 de marzo de 1987 en las instalaciones portuarias de Tampico y con la participación de un elenco formado por primeros actores y destacados técnicos del cine nacional.
El encargado de dar el “pizarrazo” inicial fue don Gerardo Gómez Castillo, máximo dirigente del GUA, en una ceremonia que tuvo lugar en el tramo número cinco ante la presencia de las autoridades municipales, navales, militares y representantes de diversas dependencias y organismos.
La película “Muelle Rojo”, fue una producción del Gremio Unido de Alijadores y de la Cooperativa de Artistas y Técnicos Asociados teniendo una inversión de 202 millones de pesos, con una duración en el rodaje de cinco semanas.
Los actores que figuran en el reparto son: Ignacio López Tarso, como don Gerardo Gómez Castillo; Manuel Ojeda, como Isauro Alfaro; Erick del Castillo, como jefe de cuadrilla y en papeles secundarios Claudia Guzmán, Roberto “El Flaco” Guzmán, Carmen Cardinal, Raúl Padilla y muchos actores más.
Hombre visionario
Isauro Alfaro Otero, fue un hombre visionario que dio mucho a los trabajadores. Nació en San Luis Potosí el 17 de junio de 1891 y llegó a Tampico con su padre a los quince años de edad en busca de trabajo, comenzando como cargador en los ferrocarriles y en el muelle fiscal.
Fue el responsable de la creación de la Cooperativa de Alijadores y presentó el primer contrato colectivo a la empresa Casa Roweley y Cía., que se niega a aceptarlo, protegida por el gobierno.
Los obreros se lanzan a la huelga con todas las represalias de gobierno y empresa, pero gana el reconocimiento de sus peticiones y su fama de dirigente crece, al unir a los Alijadores del muelle Doña Cecilia.
Pronto comienza la construcción de obras propiedad de la cooperativa como viviendas, sanatorio, el rancho “El Esfuerzo” en Altamira y áreas adjuntas al puerto de Tampico para almacenes y patios, en donde precisamente estaba el famoso parque de beisbol “Alijadores”, además de la adquisición de maquinarias para los trabajos de almacenamiento de cargas y descarga.
Al concurrir a una junta sindical en Villa Cecilia (Hoy Ciudad Madero) el 14 de abril de 1929, es asesinado por Esteban Sánchez, un alijador, del cual jamás se supo el motivo real, pero fue tal la saña que después de saludarlo le disparó en cinco ocasiones y terminó apuñalándolo.
Puerto de Tampico
El primer puerto de México, el de Tampico, se localiza sobre la ribera del río Pánuco, a 10 kilómetros de su desembocadura en el Golfo de México. Cuenta con un recinto fiscal que permite la agilización del movimiento de exportación e importación, mismo que tiene un área total de 120 mil m2 , de los cuales 23 mil son de almacenes; 51,340 de patios; y 45 mil 660 de área de maniobras.