La estrategia de grupos delictivos de utilizar a niños y adolescentes para la venta y distribución de droga va en incremento, pues de acuerdo a datos oficiales de la Fiscalía General del Estado de Guanajuato tan solo en lo que va del sexenio, suman 3 mil 756 menores de entre 14 y 17 años de edad que, en Guanajuato han sido vinculados a proceso por narcomenudeo.
De dicha cifra, corresponden al año 2019 un total de 819 niños, niñas y adolescentes, para el 2020 Guanajuato tuvo el mayor registro de su historia con mil 032 casos, teniendo una ligera disminución para el 2021 con 941 y nuevamente para el 2022 con 725 casos de menores vinculados a proceso por el delito de narco menudeo. Finalmente, en 2023 durante los primeros cinco meses del año se registraron 239 casos.
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Este panorama, se repite en todo el país pues de acuerdo a estudios realizados por la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM) más de 30 mil niños y niñas cooperan con los grupos criminales en distintas formas, que incluyen en su catálogo la comisión de por lo menos 22 delitos, los cuales van desde tráfico de droga, narcomenudeo, secuestro, trata de personas, contrabando, piratería, corrupción, entre otros.
Así mismo, se ha detectado que los menores participan en la comisión de dos o más tipos de delito, y que el narcomenudeo junto con el "halconeo" o espionaje, son los delitos de entrada para los cuales son reclutados, para posteriormente ir escalando hasta los de alto impacto, como lo son el secuestro o el homicidio.
Durante el mismo periodo que se informa (2019 a 2023) en Guanajuato, 139 menores fueron detenidos por la portación de armas de fuego y explosivos, 23 por homicidio doloso, 6 por extorsión, 14 por secuestro y solo se tiene un caso documentado de vinculación a proceso por asociación delictuosa.
Tanto la REDIM, como la legislación local y nacional hacen énfasis en que dichos niños, niñas y adolescentes no deben ser considerados sólo como infractores de la ley, porque también ellos son víctimas de la explotación del crimen organizado que se aprovecha de su vulnerabilidad y de la inimputabilidad que tienen por ser menores de edad, en cuyo caso no son enviados a centros penitenciarios, si no que se utilizan medidas de reparación del daño y en los casos más graves pasan un par de años en los Centro de Internamiento Juveniles.