Pese al incremento de casos activos, número de muertes, y una capacidad hospitalaria del 57.9 por ciento, parece que en Guanajuato no existiera el semáforo en color rojo, pues la mayoría de la población acude de manera multitudinaria al transporte público, plazas comerciales, tianguis, entre otros espacios que no forman parte de las actividades esenciales.
Mientras en algunas zonas de la ciudad pareciera que la pandemia no existe, pues no hay sanciones contra quien no porte el cubrebocas, no todos usan gel antibacterial o se niegan a que se les cheque la temperatura.
En otros el coronavirus ha mostrado su cara más cruel: la muerte y la enfermedad. Largas filas por un tanque de oxígeno, son más comunes, familiares de quienes han contraído la enfermedad salen con la esperanza de llevar insumos que les permitan a los pacientes enfrentarse al virus aunque esta lucha represente un gasto poco accesible.
Martha perdió a su madre y con el tanque del oxígeno lleno en la cajuela de su coche regresó a un establecimiento en León, donde lo adquirió en búsqueda de que su dinero fuera devuelto pues ni siquiera usó el oxígeno pues su mamá había muerto.
Mientras que Rosa, desde Guanajuato capital, llegó con lágrimas en los ojos al mismo establecimiento que Martha con la esperanza de comprar un tanque de oxígeno para su padre, sin embargo la fila en el local era larga y frente a sus ojos un letrero que advertía sobre el desabasto del oxígeno medicinal.
Martha intentó ayudar a Rosa, pues dijo que si a ella le hubiesen brindado el mismo apoyo, tal vez su madre seguiría viva.
El coronavirus es real, y al último reporte de la Secretaría de Salud 5 mil 819 personas han muerto, ya son 85 mil 896 casos los confirmados hasta el momento en el estado de Guanajuato.
León sigue siendo el municipio con mayor número de contagios en lo que va de la pandemia con más de 28 mil, en un solo día más de 100. Mientras que en el estado en 24 horas las autoridades de salud confirmaron 335 contagios.