Roban importante vestigio del siglo XIX en Guanajuato capital

Seguridad

Estos vestigios, hechos de cantera, durante mucho tiempo sirvieron para que las personas con algún cántaro, llevarán agua a sus casas para uso diario.

Roban importante vestigio del siglo XIX en Guanajuato. Foto: Dany Béjar
David Rivera
Guanajuato /

En la ciudad de Guanajuato capital son muchos los tesoros que se encuentran en las calles y callejones, tanto a simple vista como escondidos entre los rincones de esta ciudad.No solamente riquezas monetarias, sino históricas, culturales, que ayudan a entender la identidad de la ciudad, el pasar de los años donde tantas mujeres y hombres se han posicionado y dejado huella.

Prueba de ellos son los hidrantes, ocultos entre los callejones, que con el pasar de los años se han convertido en historiadores y narradores de la evolución social y tecnológica de la capital. Hechos de cantera, durante mucho tiempo observaban cómo las personas hacían fila para, con algún cántaro, llevar agua a sus casas para uso diario.

Por eso resulta molesto e incómodo el reporte que vecinos del callejón de Moyas, ubicado en el corazón de la ciudad, hicieron hace tres días, al denunciar que uno de estos vestigios fue dañado y robado de su histórica colocación, quedando más que destrozos y piedras sueltas alrededor de él.

"Nadie se dio cuenta porque esta casa la rentan estudiantes, y por lo mismo de la contingencia, no hay nadie. Y sí me parece muy feo que ese tiene muchísimos años ahí y solo llegue alguien y se lo lleve. Siento que en cierta parte es patrimonio de aquí, de Guanajuato", expresó Viviana Montes, vecina de este callejón.

En cuanto este reporte llegó a las oficinas de la Secretaría de Seguridad del municipio, se realizó un operativo de búsqueda por las zonas aledañas para dar con el o los sospechosos, no encontrando a nadie responsable. Sin embargo, comentaron que continúan realizando operativos por los callejones para resguardar la zona.

El valor histórico

Para muchos, es solamente un adorno de los callejones. Sin embargo, la verdadera importancia histórica de este antiguo artefacto nos remonta a los orígenes mineros de esta ciudad, los primeros descubrimientos de betas de plata y otros minerales preciosos en las icónicas montañas que rodean la ciudad.

Al registrarse una mayor población en Guanajuato como producto de esta explotación de minerales, era evidente que el desabasto de agua empezara a rondar por las calles y viviendas de los habitantes, por lo que antes de terminar el siglo XVIII, se construyen dos importantes presas para el abasto: Pozuelos y de la Olla.

No obstante, con la Guerra de Independencia y otros conflictos socio-políticos, la demanda de agua se convierte en una prioridad, por lo que el empresario Marcelino Rocha sugiere al Ayuntamiento entubar el agua de la presa para llevarla al centro a través de fuentes.

"Este tipo de fuentes son las que están funcionando para que se reparta el agua y para que los aguadores trabajen menos, de las fuentes a sus casas de los vecinos y no sea tan cara para pagar el cargamento de la Presa de la Olla a la parte más alta de un callejón", narra José Eduardo Vidaurri, cronista de la ciudad.

Finalizado este contrato de Marcelino Rocha a mediados del siglo XIX, se inauguró en 1894 la Presa de la Esperanza, ofreciendo una presión por gravedad más grande que las demás presas.

Poco después de esto, el ingeniero Ponciano Aguilar inventa un sistema de distribución de agua que llegara la entrada de los principales callejones de la capital, dicha invención terminó siendo un hidrante, mismo que funcionó durante muchos años hasta que se introdujo la canalización de agua por tuberías.

"Son testimonio de una etapa de la ciudad en la que comenzó a prestarse un mejor servicio en materia de distribución del agua. Son un vestigio importantísimo de esa creatividad de un personaje guanajuatense que les hizo a las personas que vivían en esas épocas la vida más fácil", explica el doctor Vidaurri.

Actualmente, y de acuerdo al catálogo formal, en la ciudad aún quedan alrededor de 105 hidrantes que son susceptibles a ser rescatados a través de una intervención, incorporando elementos plásticos como el color del callejón en el que se encuentra.

LAS MÁS VISTAS