En la comunidad de Santa Ana Jilotzingo, ubicada en el municipio de Otzolotepec, todo el año es septiembre, ya que 90 por ciento de su población se dedica a la elaboración de algún artículo patrio desde banderas, moños, aretes, pulseras, playeras, faldas, hasta rifles, reguiletes, medallones, banderines, peluche, bigotes, rebosos, fajas, souvenirs, y demás.
Desde enero los fabricantes se preparan para en septiembre dar vida a los festejos con motivo de la Independencia de México. A finales de abril trabajan a marchas forzadas para en agosto cumplir con la demanda y abastecer el mercado nacional, donde los principales compradores son Baja California, Sinaloa, Monterrey, Guadalajara, Oaxaca, Chiapas, entre otros.
Derrama económica asciende a 540 mdp
Se estima que la derrama económica anual por la venta de artículos patrios asciende a 540 millones de pesos, de los cuales 180 millones se consolidan durante la temporada que va del 15 de agosto al 15 de septiembre.
“En general todo lo que hacemos aquí se vende, porque en estas fechas todo el mundo quiere andar con algo representativo al 15 de septiembre, en los locales tenemos de todo porque cuando llegan los clientes por banderas, por ejemplo, empieza a ver lo que hay y se lleva de todo un poco”, refiere Ángeles, vendedora de un local ubicado en la avenida principal que da a la iglesia de la comunidad.
En la comunidad hay alrededor de 29 grandes talleres, los cuales dan empleo directo a entre 10 y 15 personas, entre hijos y familiares; sin embargo, hay otros más pequeños que maquilan o realizan por su cuenta diversos productos porque pese a trabajar todo el año, no les da tiempo de hacer de todo.
30 años haciendo reguiletes
Desde hace 30 años, Don Plutarco Aceves García se dedica a la elaboración de reguiletes, los cuales llegan a todo el país. Para estas fechas realizó 80 mil piezas y dio crédito a sus clientes habituales, confiando en que quienes andan puebleando por todo el país regresen a pagar.
Aunque parece fácil, su trabajo es muy laborioso porque tiene que comprar el material, realizar el suajado, el pintado y armar 7 tamaños de reguilete, pieza por pieza, con remaches y escudos.
“Ya estamos por terminar, volvemos a surtirnos de material para empezar de nuevo, nosotros vivimos septiembre todo el año porque es un proceso largo, son muchas cosas que tenemos que hacer para una pieza. Todo el material viene en un rollo de 58 por 40 kilogramos y uno tiene que hacer cortes, según las necesidades y medidas de 33.3 o de 24 por 24”, dijo.
A los 40 años los estragos que dejó el oficio de carpintería en su oído y vista lo obligaron a migrar a la elaboración de reguiletes tradicionales, sin embargo, con el tiempo innovó con los materiales, obtuvo mejores resultados y hoy tiene clientes mayoristas que colocan sus productos en la Merced y en el mercado de Sonora en Ciudad de México.
“En un principio eran unos cuadros muy feos, que no tenían forma y solo les pagaban unas bolitas más hechas, con el tiempo le puse imágenes alusivas al 16 de septiembre. En un primer embarque hice 19 mil, un amigo de Puebla los vio y le gustaron, me apartó 10 mil; hoy fabrico 80 mil que se van para toda la república, no los llevo, vienen por ellos”, dijo.
Banderas hasta Estados Unidos
María Gutiérrez, fabricante de banderas, asegura que la calidad de sus productos no se compara con las banderas chinas o de origen asiático, las cuales casi siempre vienen en una pieza, con un color verde descolorido y con terminados muy malos.
“Nosotros unimos color por color, hacemos el dobladillo y le ponemos sus listones para que se pueda amarrar a la asta; posteriormente la empaquetamos y la enviamos”, dijo.
Ha profesionalizado a tal grado su trabajo que ya exporta a Estados Unidos y los escudos de sus banderas y medallones están sublimados para dar un mejor terminado. Su ejemplar más pequeño mide 12 por 7 centímetros, mientras la más grande oscila en 1.60 por 2.80 metros; el precio al público depende del tamaño, pero va de los 100 a los 250 pesos, aunque da precio especial a mayoristas.
Artículos para todos
Con las ceremonias, festivales, noches mexicanas y actividades escolares (bailables y desfiles), la venta de playeras para mujer y caballero, moños, faldas, diademas, bigotes y demás accesorios también ha tomado auge.
“Los tutu o faldas infantiles están en 50 pesos a mayoreo, pero en Toluca o Ciudad de México puede duplicar su precio por lo que gastan los comerciantes en traslados, pasaje, comida, entre otras cuestiones”, explicó Clara, empleada de la familia Heriberto Bernabé.
En el caso de las playeras, la mayoría tiene imágenes alusivas a los festejos patrios y símbolos que nos caracterizan como las muñecas Lele, las mariposas o las tradicionales Fridas; se venden en 100 pesos en mayoreo y pueden alcanzar los 200.
Llegan de otros estados
Desde hace 15 años, Uriel Martínez, originario de la comunidad de Acazochitlán en el municipio de Tulancingo, Hidalgo, acude a Santa Ana Jilotzingo con su madre y hermano a comercializar sus productos, en su mayoría fajas y aretes de chaquira, porque representa un buen mercado y es más rentable que quedarse en su entidad.
“Nos preparamos con tres meses de anticipación para venirnos bien surtidos, empezamos desde mayo con las fajas y los rebosos. En camión son seis horas de ida y seis de regreso, nos quedamos un mes y medio por acá, y a partir del 1 de septiembre nos vamos a Ciudad de México”, dijo.
En el Valle de Toluca otras comunidades como San Cristóbal Huichochitlán y San Pedro Totoltepec también se dedican a la producción de banderas, sobreros y moños, en su mayoría, aunque hay otros municipios como Temoaya que hacen lo suyo, mientras Puebla es uno de los productores más fuertes.
Cabe mencionar que para incentivar a los fabricantes del 9 al 13 de septiembre el ayuntamiento de Otzolotepec realiza la Feria de Bandera en la cabecera municipal.
“Se hace la invitación a nivel comunidad para ofrecer sus cosas y se les brinda un espacio sin costo alguno, en esta temporada la mayoría de los compradores llegan de municipios vecinos como Toluca, Xonacatlán, Lerma, Naucalpan, entre otros”, dijo Marco Antonio Reyes Gómez, director de Desarrollo Económico municipal.
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