Escasez de agua sería mayor en 10 años y con impacto en la salud: investigador BUAP

Puebla, junto con Oaxaca, Chiapas y Tlaxcala ya enfrentan problemas de enfermedades entre su población ante la reducción de agua potable.

Carencia de agua | Andrés Lobato
Jaime Zambrano
Puebla /

A mediados del siglo pasado, se contaba con 18 mil metros cúbicos de agua por habitante; mientras que en la actualidad se cuenta con tres mil 692. Al ritmo actual, en 10 años, los problemas de escasez serán mayores, lo que impactará en la calidad de vida y en aumento de enfermedades gastrointestinales.

De acuerdo con el análisis “El agua para consumo humano, un recurso natural cada vez más escaso”, realizado por Ernesto Mangas Ramírez, investigador de Ciencias Biológicas de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), el vital líquido para consumo humano se está reduciendo ante la pérdida de cobertura vegetal y la contaminación de ríos y lagos, lo cual deriva en enfermedades.

Puebla, junto con los estados de Oaxaca, Chiapas y Tlaxcala ya enfrentan problemas de enfermedades gastrointestinales entre su población ante la reducción de la disponibilidad de agua potable.

“Durante la década de los 50 del siglo XX, en México había 18 mil metros cúbicos de agua por habitante por año; para 2015 esta proporción se redujo a 3 mil 692 metros cúbicos. Al mismo tiempo, cerca del 30 por ciento de los cuerpos acuáticos presentan de moderado a elevado grado de contaminación, lo que ocasiona enfermedades gastrointestinales”, explicó.

Ante el panorama, las alternativas para garantizar el abastecimiento de agua, tanto en Puebla como en el país, son captar agua pluvial para recargar mantos freáticos, reforestar para atraer la lluvia y tecnificar el campo para evitar la evaporación del recurso en cuestión y su infiltración antes de llegar a la zona de cultivo.

“Si cosechamos agua de lluvia, en seis o siete meses usaríamos la red municipal al mínimo, lo cual permitiría la recarga de los acuíferos”, apuntó.

El porcentaje de agua potable, con el paso de los años, disminuye por diversas razones, como la contaminación de los cuerpos de agua y la alta tasa de deforestación, esta última origina un notorio efecto de desertificación a nivel mundial.

El investigador de la Facultad de Ciencias Biológicas de la máxima casa de estudios del estado destacó que la sociedad actual se encuentra en un momento crucial para definir el rumbo para rescatar los acuíferos.

Al mismo tiempo, Mangas Ramírez resaltó la importancia de reforestar las zonas boscosas ante la pérdida de cobertura vegetal, ya que los bosques atraen la lluvia. Casi todos los bosques del centro del estado ya no existen, solo en algunas zonas en La Malinche y la Sierra Nevada.

El especialista de la BUAP expresó que en estados como Puebla y, en general, en todo el país, es necesario el desarrollo de procesos para tecnificar los cultivos porque cerca del 98 por ciento se riegan de manera tradicional, generando canales donde el agua se evapora o se infiltra antes de llegar directamente a la zona de cultivo.

“Si nosotros tecnificáramos el riego por aspersión o goteo podríamos ahorrar entre un 75 y 90 por ciento de agua usada para irrigación”, resaltó.

En las áreas de cultivo del municipio de Tecamachalco, Puebla, se podrían colocar barras rompeviento con árboles, para permitir que el agua esté más tiempo en el suelo por el efecto sombra generada, finalizó.

AAC

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