Desde vasijas hasta un altar: los vestigios hallados en la Línea 1 del Metro de CdMx

Qué tan chilango eres

En cuatro décadas, las obras de construcción del Metro han permitido recuperar cerca de 20 mil objetos que datan de la prehistoria al siglo XX.

Vestigios en la Línea 1 del Metro CdMx | Especial
Ciudad de México /

La Línea 1 del Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro es la es la más antigua de la red y durante su construcción, en 1967, fue testigo de hallazgos arqueológicos importantes, los cuales fueron testificados por historiadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

Ante la próxima remodelación de la Línea 1,te contamos sobre los vestigios que fueron encontrados durante la excavación de los primeros túneles que formarían el icónico transporte citadino. 

Raúl Arana, quien trabajó en las primeras tareas de salvamento arqueológico llevadas a cabo por el INAH en las obras del Metro, reconoció la importancia de estas excavaciones en las que se han encontrado más de 20 mil objetos que datan de las épocas prehistórica, prehispánica, colonial, del siglo XIX y hasta el XX, materiales arqueológicos que han permitido corroborar la información que sólo se conocía por documentos históricos.

“Como arqueólogos nos impresionó la noticia y nos emocionó porque excavar frente a Palacio Nacional, atrás de Catedral y en la calle de Pino Suárez había sido sueño de muchos colegas, porque ahí estaban los restos de la antigua Tenochtitlan, y sin embargo, parecía imposible de explorarse”, recordó el arqueólogo en una platica por el año 2010 en la celebración del 40 aniversario del STC.

Raúl Arana destacó en especial los hallazgos ocurridos en las Líneas 1 y 2, entre 1967 y 1969, en especial en el tramo que “partió el corazón” del antiguo islote: la ruta que pasa por avenida Pino Suárez, frente a Palacio y da la vuelta por Guatemala, atrás de Catedral, “porque dio más información y mayor cantidad de material arqueológico, se rescataron cerca de 13 mil piezas que se encuentran catalogadas y resguardadas en el Museo Nacional de Antropología”.

Arana subrayó que desde que se abrió el primer pozo y desde los primeros metros de profundidad comenzaron a salir una variedad de materiales que van desde tepalcates, piezas completas de cerámica, como vasijas, vasos, platos y figurillas, también se rescataron braceros, candeleros y restos óseos, entre los que destaca el conocido “Hombre del Metro Balderas”. 

El hombre del Metro Balderas

De acuerdo con el INAH, se trata de “un individuo masculino de entre 34 y 40 años de edad al momento de morir, cuya antigüedad se remonta hasta 11 mil años antes del presente”.

Esta exploración confirmó el conocimiento que se tenía a partir de crónicas, documentos, códices y archivos, y reafirmó la importancia de la cultura mexica que durante 200 años habitó la isla, y de cómo llegaron a ser el pueblo mesoamericano más importante del Altiplano.

Recordó que el hallazgo más relevante fue el de un centro ceremonial en la estación Pino Suárez, del que se conservó el adoratorio de construcciones circulares dedicadas a Ehécatl, dios mexica del viento, un montículo grisáceo que se puede observar en el transborde entre las líneas rosa y azul (Línea 2) en la estación Pino Suárez, una de las más concurridas, según el INAH, este adoratorio data del año 1400; así como rectangulares, vinculadas con Tláloc, dios de la lluvia, correspondientes a diferentes periodos de edificación.

En el sitio también se localizaron diversas ofrendas, una de ellas integrada por una escultura de Ehécatl, una punta de maguey y huesos de loro; las otras, dedicadas a Tláloc, con objetos como caracoles, vasijas, una escultura con pintura azul a cuyos pies se detectó una vasija también con pigmento azul y varias cuentas de collar confeccionadas en piedra.

Se encontraron cajas de ofrenda elaboradas en piedra, con materiales de concha, cerámica y hueso; y esculturas, entre las que destaca la que llamaron “la Coatlicue del Metro”, aunque estudios posteriores confirmaron que se trata de una Tlaltecuhtli; la pieza, recuperada en el cruce de Izazaga e Isabel la Católica, está labrada en piedra y mide aproximadamente un metro 20 centímetros de altura, con un peso superior a los 500 kilogramos.

Remodelación de la L1

La Línea 1, la más antigua de la red del Metro, tiene 20 estaciones que han dado servicio durante cinco décadas y ahora este año cerrará para dar una completa remodelación.

Con 53 años desde su apertura, la L1 se modernizará en dos etapas: la primera comenzará el 9 de julio y cerrarán las estaciones de Salto del Agua hasta Pantitlán y la segunda desde Observatorio a Balderas.

La primera etapa de modernización durará ocho meses y se prevé su reapertura para marzo de 2023. La siguiente etapa también tardará ocho meses, iniciando en marzo de 2023 y la modernización completa de la línea se plantea esté lista a fines de 2023.

OC

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