Pra Verónica Mastretta, ambientalista y consejera de la organización Dale la Cara al Atoyac, causa duda la medición que presentaran la directora del Instituto de Investigaciones Interdisciplinarias en Medio Ambiente (IIMA), María Eugenia Ibarrarán Viniegra, y Xabier Gorostiaga, de la Universidad Iberoamericana Puebla, porque omiten aclarar "si contaron 200 mil bacterias de la misma especie o de diferentes especies o cuáles encontraron, porque no lo dicen".
Indicó que en el cauce del río se pueden encontrar millones de bacterias, "no 200 mil, entonces me quedé con esa duda, de a qué se refieren, si a diferentes tipos de bacterias o un número específico de bacterias en una cantidad equis de agua".
Mencionó que ella ha denunciado y documentado desde hace siete años que el río tiene ese problema de contaminación.
Además de que explicó que en las heces fecales hay bacterias, pero estas al entrar en contacto con el río mueren por los químicos que existen, "y eso es importante decirlo, hay bacterias que no resisten esa toxicidad y de hecho, para medir la toxicidad del río Atoyac se utilizan la purga de agua y una bacteria, que al contacto con químicos se muere. Entonces no sé a qué se refieren cuando dicen 200 mil bacterias. No quedó claro, qué midieron".
Agregó que no solamente en el agua contaminada del río Atoyac se pueden encontrar bacterias patógenas de humanos, sino también virus, protozoarios, amibas y nematodos (gusanos).
Del mismo modo, apuntó que el río registra problemas graves de salud, esto de acuerdo con los monitoreos específicos que han realizado "con juicios estratégicos, porque lo mencionan el juicio estratégico y mencionan a nuestro abogado, que es David Arvizu, él está llevando el juicio".
Contó que en el 2017 publicaron en una revista especializada todos los contaminantes que encontraron en el agua. "Encontramos una serie de bacterias en el agua, pero son las que sobreviven, pues hay otras que no sobreviven a la toxicidad del río".
La ambientalista, destacó que la norma Atoyac-Xochiac tiene unos indicadores, "que te pone arriba de tanto, pero no te pone qué cantidad, te pone, arriba de tanto ya está fuera de norma, entonces nosotros sacamos un muestreo y lo mide en los laboratorios donde dice, 'está arriba de la norma diez veces, veinte veces, treinta veces, cien mil veces o falta de oxígeno en el agua, está en cero, se mide el oxígeno disuelto en el agua, y hay momentos en el día que el oxígeno baja más que en otros en el agua".
Por otra parte, aseguró que nada se ha hecho respecto al convenio que establecieron el gobierno de Puebla y Tlaxcala para dar respuesta a la recomendación de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, sobre el saneamiento del Atoyac.
"Que yo sepa nada. Se firmó cuando entró Rafael Moreno Valle, que fue puro circo, no sirvió de nada, ninguno de los dos gobiernos comprometió presupuesto, de hecho en Puebla lo achicaron, después, el gobierno de Gali no hizo absolutamente nada tampoco, y ahora sé que hubo una reunión entre el gobernador Barbosa y el gobernador de Tlaxcala, qué acuerdos firmaron, los desconozco".
Finalmente, dijo que este es un problema común, pues afecta a 400 mil hectáreas, "es una cuenca inmensa y de esas, 210 mil están en Puebla".
En días pasados, María Eugenia Ibarrarán Viniegra, directora del Instituto de Investigaciones Interdisciplinarias en Medio Ambiente (IIMA) Xabier Gorostiaga de la Universidad Iberoamericana Puebla, explicó que el deterioro del río Atoyac es grave por la contaminación registrada, señalando que existen hasta 200 mil bacterias de origen fecal en una muestra de 100 mililitros de agua del río.
Incluso, indicó que la calidad del agua es pésima, hay muy poca vida dentro del río, "por lo mismo que no tiene oxígeno, está contaminado con materia orgánica y metales pesados. Hay que hacer acciones urgentes y de largo plazo".
Es por ello que insistió que el rescate del río Atoyac requiere de la participación de todos los sectores de la sociedad para detener la contaminación en un primer momento y, al mismo tiempo, comenzar un proceso de remediación. Resaltando la importancia de que, desde las universidades, se apoye a la ciencia y se cuente con una planta docente de tiempo completo para hacer investigaciones y propuestas para la atención del problema.
MITM